En un mundo globalizado, vender productos a clientes de otros países es una oportunidad de negocio muy interesante para cualquier empresa. Pero la exportación tiene muchas implicaciones, tanto logísticas como legales o de impuestos. Uno de los puntos en los que hay que fijarse es en los tipos de embalajes y envases apropiados para la exportación. Hoy vamos a analizar los principales elementos en tomar en cuenta para elegir correctamente las soluciones de packaging para envíos lejanos.
¿Por qué es importante cuidar los envases para la exportación?
Hay varios factores que tienes que tomar en cuenta cuando estás valorando el embalaje para la exportación a otros lugares del planeta. Tres son especialmente importantes.
- Tu objetivo principal es, sin duda, que los productos lleguen en perfecto estado a su destino, pese a todas las vicisitudes del trayecto. Hablaremos más en detalle de eso en el resto del artículo, pero es obvio que necesitas poder entregar las cosas en las mejores condiciones.
- Además, debes tener en cuenta las normativas internacionales y locales, que se pueden aplicar a los productos que exportas y a sus envases.
- Finalmente, hace falta que seas consciente del coste del embalaje, como parte de todos los gastos asociados al envío de tus mercancías. Es importante para que puedas ofrecer un precio adecuado para obtener la rentabilidad que deseas.
Los factores que influyen sobre la elección de envases y embalajes para exportación
El tipo de producto
Existe una gran variedad de tipos de productos que se pueden exportar, desde el sector alimentario hacia los productos industriales o la tecnología. Las necesidades de embalaje para la exportación cambian notablemente en función de cada clase de producto. Por ejemplo, si lo que quieres vender fuera son aceites de oliva o vinos, es posible que necesites contenedores para líquidos, tipo tanques, especialmente si vendes a granel. Para otros productos, seguramente preferirás cajas de cartón o de madera.
El peso del envío
El cartón es una solución muy versátil y práctica para enviar productos, pero solo dentro de un límite de peso. Para envíos livianos te valdrá con unas cajas estándares de un solo canal. A medida que quieras mandar un peso mayor, te harán falta cajas con canal doble (hasta 50 o 70 kilos). Más allá, te podrán valer cajas de canal triple (hasta los 500 kilos).
Si vas a mandar productos industriales de mucho peso, entonces la mejor solución son cajas de madera, que además son reutilizables y no necesitan mucha energía para ser fabricadas, dos buenos argumentos para tener un menor impacto ambiental.
Proteger los productos del movimiento
Focalizarse únicamente en el envase exterior de tus productos sería un error. Durante el transporte, las mercancías se pueden mover bastante, por lo que necesitas soluciones para evitar que los artículos vayan chocándose dentro de la caja. Y para eso tienes separadores de cartón, u otras soluciones como burbujas de aire en envases de plásticos.
El modo de transporte
Cada modo de transporte tiene sus propios requisitos. En todos los casos, te interesa limitar el peso de los envíos, pero cobra más relevancia con el transporte aéreo que si mandas tus mercancías por barco. Luego, están los aspectos prácticos de cada solución. El transporte por carretera tiene sus especificidades, al igual que usar el tren o un barco.
Temperaturas y humedad
Tienes que proteger tu envío, porque puede estar sometido a condiciones climáticas muy diversas, por varios motivos.
Primero, por las diferencias de estaciones entre el punto de partida y el de llegada. Si mandas en verano un paquete desde Madrid hasta Punta Arenas (Chile), estará sometido a temperaturas muy diferentes entre su salida y su destino.
También influye el modo de transporte. En los aviones, las compañías garantizan que la temperatura en la bodega no baje de unos 7 grados durante el vuelo, pero mientras el avión está esperando, los productos pueden estar expuestos a la temperatura ambiental. En muchos camiones, el aislamiento térmico tampoco es muy eficiente.
Y luego está el tema del transporte marítimo, con el poder de corrosión combinado del agua y la sal. Si vas a mandar tus mercancías por barco, tienes que adaptar el envase para protegerlas de la humedad.
Las obligaciones legales
También debes tener en cuenta los requisitos legales que imponen tanto el país de destino como aquellos territorios que tus envíos pueden ir cruzando durante su transporte. Cada vez hay más legislación, y hay algunas soluciones de embalaje que te garantizarán cumplir siempre con la ley, en cualquier sitio utilizando los estándares internacionales.
Los tipos de envases para exportación
Cuando hablamos del embalaje de los productos para la exportación, normalmente nos referimos a los envases secundarios y terciarios, el primario siendo el que se usa para almacenar el producto, generalmente en formato individual.
Lo habitual es que para en envase secundario, es decir la agrupación de varios productos en una unidad más fácil de manejar al nivel logístico, se use el cartón en la mayoría de los casos, aunque también se emplea la madera para productos más pesados.
Pasando ya al nivel más grande, cuando varios lotes de productos se agrupan en unidades de cargas de mayor tamaño como un pallet o un contenedor, de nuevo se usan tanto el cartón como la madera. Pero la madera suele tener más protagonismo, por su mayor resistencia al peso.
Obviamente, hay otros casos, como la exportación de productos a granel, en la que se pueden usar grandes tanques, vagones y camiones cisterna, y otras soluciones de almacenaje. Pero he querido centrarme en el caso más habitual de una empresa que vende productos más elaborados.
Antes de ponerte a exportar, es recomendable que te asesores sobre mercados, ayudas, las mejores soluciones de transporte y, como no, de embalaje, para optimizar tu gasto y conseguir que tus productos lleguen en las mejores condiciones en su destino.