¿Tienda online o tienda física? ¿O ambas?

Si quieres montar tu propio comercio minorista, quizás estés dudando entre una tienda física de toda la vida y una tienda online. Ambas soluciones tienen sus ventajas e inconvenientes. Pero no son incompatibles. Vamos a ver qué características tienes que tomar en cuenta a la hora de iniciar tu tienda y elegir su formato.

Coste inicial

Desde el punto de vista de la inversión inicial, una tienda online es mucho más económica que una tienda física. Salvo las existencias, el resto de desembolsos es comparativamente mucho menor. Pero, gracias a la tecnología, puedes ahorrarte muchos gastos cuando abres una tienda física. Por ejemplo, puedes instalar una caja registradora táctil en tu móvil, sin necesidad de invertir en equipos más costosos.

Visibilidad y competencia

Eligiendo una buena ubicación, una tienda física puede tener rápidamente mucha visibilidad y muchos clientes. Una tienda online tendrá que luchar con miles de competidores para destacar en los buscadores y las redes sociales, lo que implica un gasto importante en publicidad y posicionamiento. Una tienda física tiene la competencia limitada de los comercios de la zona, pero esos también le aportan clientes. Una tienda online tiene un gran número competidores que pueden estar en países muy lejanos, pero que llegan a los mismos clientes gracias a Internet y al posicionamiento con palabras claves.

Percepción de los clientes

Uno de los aspectos más importantes es la visión de los clientes, y sus preferencias de compra. Veamos primero porque las personas suelen preferir las tiendas físicas.

  • La ventaja más grande es la posibilidad de tocar y probar el producto. Está claro que esa posibilidad es más o menos importante según el tipo de artículo. Pero para ropa y calzado, o para la comida, sigue siendo fundamental.
  • La gratificación inmediata es otra gran ventaja. Muchas personas quieren poder disfrutar enseguida de su compra, y eso solo lo permite la tienda física.
  • El consejo personalizado es un argumento que suelen ofrecer las tiendas tradicionales, pero, aunque importante, tiene mucho menos peso que los otros dos elementos que citamos antes.
  • Finalmente, las tiendas físicas no cobran envío, porque no hay transporte. Eso encarece a veces el precio de los productos comprados online.

Pero el comercio electrónico también tiene muchos adeptos, que avanzan otros argumentos.

  • Con una tienda online, puedes comprar a la hora que quieres, sin tener que preocuparte de festivos u horarios.
  • La comodidad es otra ventaja. Puedes mirar y comprar productos desde tu sofá.
  • Tienes acceso a una gran variedad de productos, simplemente navegando entre distintas páginas o en portales gigantescos.
  • Puedes comparar precios más fácilmente, y por lo tanto ahorrar.
  • Si los gastos de entrega y de devolución son gratuitos, no tienes miedo a equivocarte.

¿Y si combinas ambas?

Quizás no tengas que preguntarte si crear una tienda online o física, ya que las dos son totalmente compatibles. De hecho, hay muchos negocios que apuestan por facilitar a sus clientes la opción de comprar online. Por lo general, no invierten mucho en posicionamiento, sino que cuentan con el reconocimiento de marca. Sus clientes son generalmente los mismos que compran en la tienda, pero que por un motivo u otro prefieren pedir online.

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