Las restricciones asociadas con la pandemia afectaron notablemente el negocio de los parkings, y especialmente aquellos situados en las inmediaciones de puntos neurálgicos como estaciones o aeropuertos. Ahora vuelven a funcionar a buen ritmo. Es un buen ejemplo de empresas que han tenido que adaptarse a la crisis sanitaria, y merece la pena contar lo que ocurrió en los últimos meses.
El negocio de los parkings antes de la pandemia
Hasta principios de 2020, las empresas de parkings privados tenían el viento en popa. Una combinación de varios factores favorables les generaba cada vez más negocio.
- Por una parte, en muchas ciudades grandes, las políticas de movilidad han restado espacios de estacionamiento para coches, para colocar, por ejemplo, carriles bici. Y han dificultado la posibilidad de circular con un vehículo de motor en algunas zonas.
- En muchas de esas ciudades, también se han ampliado las zonas de aparcamiento de pago en la calle (las famosas zonas azules, verdes y otras), complicando cada vez más las opciones para estacionar.
- Al mismo tiempo, el volumen de viajeros no paraba de crecer, tanto para el turismo como para los negocios. Eso requería para muchas personas la posibilidad de aparcar en las inmediaciones de estaciones y aeropuertos.
Un buen ejemplo de eso es Barcelona, con muchas personas buscando parking en Sants, lo que propició el crecimiento de varios negocios privados exitosos. Y como había mucha demanda, era recomendable asegurarse un sitio, por ejemplo, aprovechando una app como Parclick.
La pandemia impactó de lleno el sector
De repente, el número de vuelos en los aeropuertos se redujo drásticamente. El tráfico ferroviario también perdió muchos pasajeros. Y no solo durante el confinamiento. Porque las empresas redujeron mucho los viajes profesionales, y se promovió el teletrabajo. Todos esos factores llevaron a reducir en gran cantidad la demanda de plazas de aparcamientos en las grandes ciudades, y especialmente cerca de aeropuertos y estaciones.
Las empresas de parkings no se quedaron paradas. Algunas innovaron, ofreciendo servicios adicionales a sus clientes, como, por ejemplo, pequeños mantenimientos de vehículos, además de opciones más tradicionales como las colaboraciones con empresas de lavado de coches. Esa diversificación fue una forma de aumentar los ingresos, aunque, a corto plazo, no iba a sustituir el volumen de negocio perdido.
Con la reactivación de la economía y el transporte, el sector está resurgiendo
Con la vacunación y la reducción de número de casos graves que conllevó, los países han relajado muchas restricciones, y las personas han vuelto a moverse más. El número de turistas extranjeros que visita España está creciendo en las últimas semanas. Las empresas vuelven a organizar reuniones presenciales, y se recurre menos al teletrabajo.
Todo eso lleva a que vuelva a subir la demanda de plazas de aparcamiento, y en los lugares donde los espacios son escasos, algunas empresas ya están funcionando a un alto rendimiento. Algunas, además, se benefician de los servicios adicionales que incorporaron durante los meses más duros de la crisis sanitaria.
Además, ahora que los usuarios se han acostumbrado a gestionar muchas compras y servicios online desde el móvil, es de suponer que cada vez más usuarios reservarán sus plazas con anticipación desde sus dispositivos.
La evolución reciente del negocio de los parkings me parece un ejemplo muy interesante de como un evento como la pandemia puede afectar a un sector, y generar innovación.