¿El emprendedor nace o se hace?

el emprendedor nace o se haceEs un debate recurrente cuando se habla de creación de empresas y de innovación. En algún momento de la conversación, puede surgir la pregunta de si un emprendedor nace o se hace. Me parece un tema que merece la pena ser desarrollado, más allá de respuestas categóricas en un sentido u en el otro, y sin caer en razonamientos simplistas.

¿Cuál es la diferencia entre un emprendedor que se hace y otro que nace?

Parece simple de interpretar, pero para poder argumentar, viene bien reformular el debate con otras palabras, y así procurar que no haya sitio para diversas interpretaciones.

Decir que una persona nace emprendedora es afirmar que las cualidades y habilidades necesarias para emprender son innatas, y, por lo tanto, no se pueden adquirir.

Al contrario, la idea de que un emprendedor se hace implica un proceso de aprendizaje, donde la formación, la experiencia profesional, o la cultura, entre otros, tienen un impacto destacado.

¿Por qué algunas personas afirman que un emprendedor nace y no se hace?

Todos nos hemos cruzado con empresarios y emprendedores exitosos. Me refiero a aquellas personas que parecen siempre estar encontrando nuevas oportunidades para sus negocios, y que tienen una empresa muy rentable. A menudo, cuando hablas con esas personas, tienes la sensación de que nacieron para ello. Saben vender, son organizadas, oportunistas, rápidas en tomar decisiones. Parece un talento innato.

Y también te encuentras con otros perfiles. Personas que intentaron montar un negocio, no les fue bien y no quieren volver a escuchar hablar de emprender. U otras cuya única preocupación en la vida es sacarse una oposición para conseguir un trabajo estable y seguro. O, más bien, un sueldo seguro. A esas personas parece que les falta alguna habilidad personal para emprender.

Como parece que no todo el mundo vale para ser un emprendedor exitoso, los defensores de que uno nace siendo emprendedor argumentan precisamente eso: que para montar un negocio hace falta algunas cualidades que tienes o no, y que no se pueden adquirir. Según esa lógica, una persona aversa al riesgo o excesivamente analítica no puede emprender, porque se quedará bloqueada frente a una decisión.

¿Qué argumentos tienen los que afirman que un emprendedor se hace, y no nace?

¿Por qué será que en California, Israel o Finlandia se crean muchas empresas mientras en otras zonas no tanto? ¿Será porque las personas de esos sitios tienen un gen emprendedor del que las demás regiones carecen? ¿O será más bien que en esos lugares existen unas infraestructuras y una cultura favorable al emprendimiento?

Volviendo al ejemplo anterior de las oposiciones. Si naces en una cultura donde desde pequeño te transmiten miedo, y te incitan a buscar el trabajo más seguro posible, es lógico que acabes intentando ser funcionario. Si, además, el país en cuestión no se caracteriza por facilitar las cosas a los creadores de empresas, todavía tendrás menos incentivos para emprender.

En España las cosas están cambiando poco a poco, pero todavía estamos arrastrando una cultura poco propicia a la toma de riesgos empresariales. El marco fiscal y administrativo también ha mejorado, pero no es tan favorable como el de otros muchos países de nuestro entorno.

Dicho de otra manera, para ser emprendedor hace falta algunos conocimientos (planificación, ventas, recursos humanos) y estar en una cultura que valora favorablemente la creación de empresa. Es decir, se puede defender el argumento de que un emprendedor se hace, a partir de múltiples variables en su entorno: cultura, educación, facilidades fiscales y administrativas, etc.

¿Cuál es mi opinión?

No nací en Galicia, pero en Francia se tiene el mismo prejuicio sobre los normandos, el de no mojarse en un debate. Y aquí tengo que defender una postura intermedia, pero con una preferencia hacia un lado.

Hace poco, en un vídeo en el canal Youtube del blog explicaba cómo no cualquier persona puede emprender, que parecería ser un argumento a favor de “el emprendedor nace”, pero mi opinión tiene matices.

Primero, hay que diferenciar entre ser un emprendedor capaz y ser un super emprendedor exitoso. Yo creo que cualquier persona con un mínimo de sentido común puede ser un emprendedor decente, siempre que aprenda algunas cosas esenciales. Pero eso se podría decir de cualquier materia o habilidad. Todo se puede aprender.

Además, está claro que, sin la cultura necesaria, la formación, y algunos factores de entorno, es muy difícil que las personas con talento puedan emprender. No se puede tener grandes científicos sin primero enseñarles a leer, a escribir, bases de matemáticas, etc. Lo mismo ocurre con el emprendimiento.

En este sentido, el emprendedor sí que se hace. Pero, ni en el mejor de los entornos todo el mundo va a querer montar un negocio. Y a unas personas se les dará mejor que a otras.  Simplemente porque no todos nacemos con las mismas habilidades ni con la misma personalidad. Por eso, tiendo a inclinarme por la idea de que el emprendedor nace, más que se hace.

Las nuevas tecnologías han redistribuido las cartas

Pero quiero aportar otro matiz. No hay solo una forma de emprender, y con el auge de Internet, muchas cosas han cambiado.

Tradicionalmente, tener habilidades de comunicación y saber convencer a la gente eran talentos muy útiles para vender. Eso implicaba que muchos buenos vendedores podían llegar a ser buenos emprendedores, siempre que tuvieran también un mínimo de formación en otros aspectos como las finanzas o los recursos humanos. Una persona muy buena gestora lo tenía más complicado si no sabía vender. Aunque siempre tenía la opción de contratar a alguien con perfil comercial o asociarse con una persona complementaria.

Pero, con Internet, la forma de vender ha cambiado mucho. Si tienes un negocio online, lo estratégico es el posicionamiento web y la capacidad para convertir visitas en ventas. Ya no hace falta tanto tener grandes habilidades de comunicación.

Con eso quiero decir que se ha ensanchado mucho el espectro de perfiles que valen para ser emprendedores. Según esa lógica, ya no importa tanto si tienes tal o tal talento, sino elegir correctamente el tipo de negocio donde podrías aprovechar ese talento al máximo.

Sigo pensando que, pese a ello, seguirá habiendo personas con facilidades innatas para triunfar en una actividad u otra, pero cada vez más perfiles pueden emprender con garantías.

¿El emprendedor nace o se hace?

Para mí, ambas cosas. Los conocimientos necesarios para triunfar se tienen que aprender, y el entorno influye muchísimo sobre la mentalidad emprendedora. Pero algunas personas tienen rasgos de personalidad innatos que les hacen destacar en la gestión de un negocio. Por eso, en mi opinión, un emprendedor nace un poquito más que se hace.

 

¿Qué opinas tú? ¿Qué argumentos tienes? ¡Participa en el debate! Deja un comentario.

2 comentarios en “¿El emprendedor nace o se hace?”

  1. Según mis conocimientos, el Emprendedor se hace a través de un proceso de aprendizaje, formación y experiencia profesional. La pasión y el trabajo en equipo son factores clave para desarrollar el emprendedor en cualquier persona, y el éxito en el emprendimiento depende tanto de las cualidades innatas como de las habilidades aprendidas a lo largo del tiempo

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