Las finanzas personales ayudan a la buena gestión empresarial

finanzas personales emprendedoresUno de los conocimientos que mejor se puede aprovechar en la gestión empresarial es tener buenas prácticas de finanzas personales. En este artículo, te voy a explicar algunos de los aspectos concretos de la gestión de tu economía doméstica que son totalmente trasladables al mundo de los negocios. Es un artículo especialmente útil para los autónomos, cuyos patrimonios personales y empresariales no están separados formalmente.

Control de gastos

Un aspecto fundamental de las finanzas personales es saber elegir en qué gastas tu dinero, lo que significa tener tus compras bajo control. Eso no solo significa estar al tanto de tus movimientos de pagos con aplicaciones de gestión de finanzas personales como Banktrack, sino también entender cada uno de los gastos, su necesidad y las opciones a tu disposición para reducirlos.

En una empresa, el control de gastos es una parte muy importante de la gestión del día a día, para optimizar la forma de operar y mejorar la rentabilidad del negocio. Si ya estás acostumbrado a comprar de una manera eficiente en tu economía personal, es más probable que también lo hagas para tu empresa.

Seguimiento de tesorería

Para tener una buena gestión empresarial, hace falta seguir unos indicadores claves que te van a permitir identificar variaciones, encontrar sus causas y tomar medidas correctivas para encauzar la situación. Generalmente, las personas con una buena gestión de sus finanzas hacen este tipo de seguimiento, especialmente para su situación de tesorería. Ni un particular ni una empresa se pueden permitir quedarse sin cash para pagar sus gastos de funcionamiento.

Para hacer este tipo de seguimiento, puedes aprovechar la tecnología con una app que te notifique en tiempo real sobre todos los movimientos y te permita consultar en cualquier momento tus saldos bancarios. Y tienes varias opciones para elegir, como por ejemplo alguna de las alternativas a Fintonic.

Reinversión de beneficios

El objetivo más ambicioso que tienen muchas de las personas con una buena gestión de sus finanzas personales es alcanzar la libertad financiera, es decir que sus ahorros generen unas rentas suficientes para vivir, sin tener que trabajar. Pero, incluso sin llegar a este extremo, a cualquier persona le interesa completar sus ingresos con rentas del patrimonio. Y eso solo se puede hacer si se reinvierten los ahorros.

En un negocio ocurre algo similar. Para seguir creciendo, obtener mayores ventas y aumentar los resultados, hace falta reinvertir los beneficios obtenidos. Significa comprar una maquinaria más eficiente, ampliar el negocio, contratar a más personal, etc. Esa visión de aprovechamiento del capital disponible es uno de los rasgos de las finanzas personales que mejor se aplica a la gestión empresarial.

Hacer un presupuesto

En el ámbito de la economía individual, normalmente se anticipan los ingresos con bastante certeza, porque suelen corresponder a una nómina cuya cantidad ya es conocida. Por ese motivo, el presupuesto personal se centra principalmente sobre los gastos. Al fijarse un objetivo detallado y realista, se tiene una referencia para gestionar el dinero con mayor eficiencia.

En el mundo de la empresa, el presupuesto también es una gran herramienta. Habitualmente se procura hacer una previsión de ingresos y gastos para todo el año, que sirva de referencia para poder medir la evolución de los resultados reales, y tomar medidas en caso de que las cosas no vayan de acuerdo con el plan.

Gestión de créditos

Uno de los principios de unas buenas finanzas personales es no contratar créditos al consumo y solo optar a préstamos cuando van a ayudar a aumentar los ingresos o el patrimonio en el futuro. Obviamente, esos créditos solo se contratan cuando se tiene la certeza de poder pagarlos.

Saber gestionar la financiación es un conocimiento muy importante para dirigir un negocio, que permite tomar decisiones acertadas y elegir la solución bancaria adecuada a las necesidades de la empresa.

Planificación a largo plazo

Al nivel personal, solemos imaginar el futuro pensando en prioridades como la jubilación o la educación de los hijos. Eso lleva a planificar las finanzas personales, y en particular a tener buenas prácticas de ahorro e inversión. Es otra habilidad trasladable a la buena gestión de empresa, puesto que, para maximizar las probabilidades de éxito del negocio a largo plazo, hay que pensar en su evolución en el tiempo, y tomar decisiones informadas. Factores como el futuro del sector de actividad, la tecnología, el personal, o la legislación para emprendedores tienen que tomarse en cuenta, para procurar anticiparse a las amenazas y aprovechar las oportunidades.

Los límites de la comparativa

Si tener buenos reflejos de finanzas personales es en general muy provechoso para un emprendedor, también hay que ser consciente de que existen diferencias entre las dos filosofías. Por ejemplo, tener un control muy estricto del gasto puede ser muy eficiente al nivel de las finanzas personales, y llegar a ser contraproducente para un negocio. No gastar en marketing, por citar una posibilidad, puede significar perder muchas oportunidades de ventas.

Por lo tanto, no se trata de aprovechar tal cuál los conocimientos de la economía personal, sino más bien una forma de razonar y, sobre todo, los principios básicos de educación financiera.

 

¿Se te ocurren otras habilidades de finanzas personales que se pueden aprovechar en la gestión de un negocio? No dudes en compartir tu opinión en la sección de comentarios.

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