El propósito del crédito es ayudar a crear valor

ayuda créditoComo emprendedor y como consumidor, tengo muy claro que los créditos pueden ser muy útiles, siempre que se usen de una forma apropiada. Y mi opinión es que el criterio principal para saber si merece la pena endeudarse es analizando las cosas desde el prisma de la creación de valor. Créditos, préstamos urgentes y financiaciones de cualquier formato son útiles si ayudan a crear valor.

¿A qué me refiero con creación de valor?

Es una idea muy sencilla. El crédito te tiene que ayudar a financiar algo que aumente tu riqueza, o la de tu empresa, a corto, medio o largo plazo (según las situaciones), normalmente mediante un incremento de los ingresos. Es más, el incremento de valor tiene que ser superior al coste de la financiación, ya que los créditos implican el pago de unos intereses. En caso de no crear riqueza, lo único que se consigue con un crédito, es aplazar un problema, y reducir los recursos disponible.

Ejemplos de créditos que crean valor

Probablemente el caso más claro de créditos que ayudan a la creación de valor es la financiación de una inversión en maquinaria. Las herramientas y equipos permiten producir bienes y servicios, que a su vez se venden a los clientes potenciales, generando unos flujos de caja positivos y un incremento de la riqueza de la compañía.

Otro caso es un préstamo para financiar unos estudios. Si una persona necesita acceder a una formación, y que esos estudios tienen buenas salidas laborales, o le permitirán pedir un mayor sueldo que el actual, entonces sin duda es una buena idea recurrir al crédito para financiar esa formación, si no se dispone de ahorros para hacer frente al gasto. Al fin y al cabo se trata de mejorar la competitividad y la empleabilidad invirtiendo en uno mismo.

creditos creacion de valorCasos dudosos

Veamos ahora el caso de la financiación de un coche particular con un crédito. Por lo general, es más recomendable ahorrar y comprar el vehículo con recursos propios, ya que el mismo irá perdiendo valor a medida que lo vayamos usando, y que incluso el valor residual del coche puede llegar a ser menor que el importe pendiente del crédito, en caso de haberlo financiado. En esos casos es más interesante comprar un vehículo más barato o de segunda mano, para no tener que recurrir al crédito.

Pero también hay casos en los cuales un préstamo puede ser la solución. Imaginemos que una persona no dispone de dinero para comprar un vehículo, ni siquiera de segunda mano, y ha conseguido un trabajo que le obliga a ir con coche propio porque el lugar no es accesible con transporte público. Sin vehículo no hay ingresos posibles y por lo tanto, comprar el coche se asemeja a una inversión empresarial. Si hace falta financiarlo, merece la pena en ese caso.

Otro caso dudoso podría ser una operación de cirugía estética. Por lo general, financiarla no es recomendable, pero quizás haya casos de personas con trabajos relacionados con la imagen que saquen un beneficio directo de tener una mejor apariencia, y sean capaces de conseguir más valor (vía más ingresos), invirtiendo en ellos mismos.

Analiza el propósito de tus financiaciones

Este artículo tiene como objetivo invitarte a reflexionar sobre la relevancia de la financiación para tu negocio (o tu vida personal). Cada vez que vayas a necesitar un crédito, deberías definir cuidadosamente el propósito del mismo, los objetivos que planeas conseguir gracias a esa financiación, preferiblemente con la indicación de fechas y de importes monetarios (aunque solo sea estimaciones). De esta forma podrás diferenciar entre aquellos créditos que te ayudarán a crear valor, y que deberías contratar, y aquellos que no serían útiles, por supuesto a evitar.

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