La rueda pinchada

la-rueda-pinchadaLos eventos más sencillos de nuestras vidas pueden ser ejemplos interesantes de analizar para entender mejor los negocios. Es el caso de esta pequeña historia que me ocurrió el otro día, como seguramente le habrá pasado a muchos ciclistas. Lo he llamado el cuento de la rueda pinchada, una oportunidad para entender la diferencia entre resolver un problema y encontrar una solución.

El neumático que se desinflaba

Tras haber comprado una nueva bici hace poco tiempo y usarla en contadas ocasiones, un día en un paseo me fije en que no parecía ir tan bien como al principio. De vuelta a casa me di cuenta que el neumático delantero estaba muy desinflado. Pensé que podría haber sucedido por el paso del tiempo y lo volví a inflar.

Primer tratamiento del problema: el neumático está desinflado, se vuelve a inflar.

Pero el día siguiente el neumático estaba de nuevo plano, demostrando que el primer diagnóstico (pérdida de aire debida al paso del tiempo o a una causa extraña como que alguien hubiera abierto la válvula para fastidiar) estaba equivocado. Seguramente había algo más, o un pinchazo o un material defectuoso (porosidad de la cámara de aire).

Reparación de la cámara de aire

Los que tienen bicicleta saben que reparar un pinchazo no es muy complicado, pero sí toma algo de tiempo, especialmente para quitar el neumático de la rueda y volver a ponerlo. La técnica habitual para encontrar el pinchazo o la fuente del problema es inflar la cámara de aire y pasarla dentro de un recipiente con agua, ya que las burbujas de aire delataran la posición del pinchazo o mostrarán si hay alguna zona porosa.

En este caso fue muy sencillo, porque el pinchazo era tan grande que al inflar la cámara de aire se sentía la corriente que se escapaba por el agujero. Entonces ya pensaba haber encontrado el problema, no era porosidad sino un pinchazo. Tras dudar entre ir a comprar una nueva cámara de aire o unos parches, opté por lo segundo y me puse a colocar uno de ellos sobre el agujero.

Segundo tratamiento del problema: el neumático se desinfla por un pinchazo, se repara el pinchazo y se vuelve a inflar.

Tras volver a colocar la cámara de aire en su sitio, poner el neumático y colocar la rueda en su sitio, volví a inflar el neumático y deje la bicicleta lista para un uso posterior. Pero el día siguiente el neumático estaba de nuevo desinflado.

La fuente del problema: una espina en el caucho

Si el neumático estaba de nuevo plano, solo podía ser por dos motivos: o la reparación había sido mala, o la misma causa que había provocado el pinchazo seguía siendo válida. Tras desmontar de nuevo la rueda y quitar el neumático, pude comprobar que la cámara de aire tenía otro pinchazo, y con solo pasar el dedo dentro del neumático encontré la causa: una espina clavada en el neumático.

Entonces repetí el trabajo de reparación con parches, y esta vez funcionó de forma duradera.

Tercer tratamiento del problema (y solución): quitar la espina clavada en la rueda, reparar el pinchazo y volver a inflar la rueda.

¿Por qué cuento esta historia?

Me llamó la atención este pequeño contratiempo porque lo hice muy mal. Probablemente para no ponerme en serio a mirar la causa del problema me puse a aportar soluciones incompletas que resultaron equivocadas, y acabé perdiendo mucho tiempo para resolver algo muy sencillo.

Si no pasa nada cuando se trata de una bicicleta, actuar de esta manera puede ser muy perjudicial si ocurre para problemas de tu empresa. No hagas como yo. No te limites a corregir las consecuencias. Intenta identificar desde el principio la causa raíz y comprueba si esta causa sigue siendo vigente. De otra forma estarás trabajando para nada.

Fíjate que si hubiera decidido en el segundo paso comprar una nueva cámara de aire, me hubiese gastado mucho más dinero que con parches, pero para nada, porque sin remover la espina iba a dañar la nueva cámara igual que la antigua.

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