Actitud emprendedora y formación

actitud-emprendedora

 

El otro día me preguntaba cual podría ser la mejor combinación para emprender con éxito. Está claro que los elementos para triunfar son múltiples: trabajo, suerte, equipo, formación, actitud, y muchas más cosas. Pero finalmente, después de sintetizarlo mucho, podríamos llegar a la conclusión que las dos cosas más importantes son la formación y la actitud emprendedora.

 

 

¿Qué es la formación?

 

En este contexto, le doy una definición muy amplia al concepto de formación. Incluyo por ejemplo la experiencia (es una forma de aprendizaje, aunque no sea tan académica). Si intento expresar con palabras el concepto, creo que diría que es saber hacer las cosas de la forma más eficiente. Algunos de estos conocimientos solo se pueden aprender por medios académicos, y otros solos se adquieren por la práctica.

 

 

La actitud emprendedora

 

El segundo concepto tiene que ver con arriesgar. El riesgo es parte de la vida para todos, pero para el emprendedor es un elemento fundamental. Desde el primer momento, arriesga su propio capital y no está seguro de sus posibles ingresos. Luego, tiene que tomar decisiones con impactos determinantes. El mundo empresarial cambia tan rápido que un emprendedor no puede esperar a estar seguro de que su decisión sea la acertada. Si espera y no actúa puede perder aun más que si se equivoca. No es algo que todo el mundo pueda hacer.

 

 

¿Enseñar a arriesgar a los universitarios?

 

Recuerdo cuando hace ya muchos años estaba estudiando en una conocida Business School de Francia. Era la época de la primera burbuja tecnológica (poco antes de su estallido). A pesar del tremendo interés de toda la sociedad por Internet, eran relativamente pocos los que pensaban seriamente en montar su propio negocio. La mayoría (yo incluido) optaban por presentarse a las entrevistas de las grandes multinacionales de la industria, del marketing o de las finanzas.

 

Es decir, una gran cantidad de personas, que acababan de recibir excelentes estudios de empresariales, preferían optar por un puesto bien pagado en una gran empresa en lugar de arriesgarse. Muchos decían que preferían coger experiencia durante unos años. Algunos sí que luego se lanzaron a emprender, pero obviamente, con el paso de los años, después de casarse, tener hijos, y tener puestos de trabajo con un sueldo cada vez más suculento, es difícil arriesgarlo todo.

 

Está claro que hacen falta directivos capacitados para las grandes empresas, pero no puedo dejar de pensar que es una pena que no solo donde estudié, también en otras universidades de Francia y por supuesto en España, en los estudiantes de los mejores establecimientos en el ranking MBA haya relativamente pocas personas dispuestas a arriesgarse. Creo que nuestra sociedad le da un valor demasiado negativo al riesgo. Si se hace con cabeza, es algo muy positivo y enriquecedor. Es lo que hace que las cosas avancen.

 

 

Formar a los emprendedores

 

 

El otro camino para tener emprendedores más exitosos es formar a aquellos que están dispuestos a montar un negocio pero carecen (al menos en parte) de una formación adecuada. A pesar de que una parte de las personas subestimen la importancia de los estudios, muchos de los que tienen la actitud emprendedora se dan cuenta que aprender es una forma muy eficaz de progresar.

 

En el mundo actual, las posibilidades de conseguir conocimiento son muy grandes. Al sistema tradicional de estudios y a los recursos públicos como las bibliotecas se suman herramientas online gratuitas o de pago, desde los blogs especializados a los posgrados online. A veces es un poco difícil de encontrar la información más adecuada, pero eso viene sobre todo de una gran cantidad de oferta entre la cual elegir.

 

 

Conclusión

 

 

De ambos caminos, me parece que el segundo (formar a los emprendedores) es más fácil de poner en marcha. El primero requiere de un cambio profundo de mentalidad, y que nuestra sociedad entienda que el riesgo es bueno y hace parte de la vida. Es posible que vaya cambiando con el tiempo, pero hay que reconocer que las ideas preconcebidas son muy difíciles de cambiar.

 

 

Tags: actitud emprendedora

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio