Fin de la crisis en España: muchas sombras y oportunidades perdidas

fin de la crisis en españaEstá vez parece que, al menos a nivel macroeconómico, la crisis en España está llegando a su fin, con un crecimiento económico que vuelve a niveles anteriores a 2008 y un desempleo que empieza (tímidamente) a menguar. Por un lado es una buena noticia, por supuesto, pero por el otro hay demasiados puntos negros como para alegrarse.

Previsiones de crecimiento

Muchos organismos se dedican a hacer estimaciones de crecimiento de la economía, y muchas veces se equivocan, pero cuando hablan de tendencias a corto plazo suelen ser un poco más acertados. El caso es que la mayoría de las instituciones (FMI, OCDE, UE, entre otros) respaldan en mayor o menor medida las previsiones del Gobierno de España sobre crecimiento. Por ejemplo, la Comisión Europea publicó hace poco que estima un crecimiento de la economía del 2,8% para 2015 y del 2,6% para 2016 para nuestro país (el Gobierno habla de 2,9% para ambos años). Los decimales de diferencia son importantes, pero aquí lo que nos interesa es ver que la tendencia es muy positiva respecto a años anteriores).

Pocos motivos para la alegría

  1. Un desempleo enorme. Incluso si se cumplen las expectativas más optimistas, las del Gobierno de España, al final de 2016 todavía habrá más de un 20% de personas en paro, es decir notablemente menos que en el peor momento de la crisis (25% hace dos años) pero una cifra todavía enorme, y muy superior a los porcentajes anteriores a la explosión de la burbuja crediticia (8% en 2007), eso sin contar la alta tasa de paro juvenil (50%).
  2. Una deuda pública que sigue creciendo. Pese a los numerosos recortes, sigue habiendo déficit público en España, lo que hace que siga creciendo la deuda soberana. Hemos pasado de un 35% del PIB en 2007 a un 97% en 2014, con medidas como el rescate bancario que se disfrazó de “ayuda” y nos endeudó de golpe de 10 puntos del PIB en el 2012.
  3. Pérdida de poder adquisitivo. Para ser competitiva al nivel internacional (las exportaciones han sido el principal motor de recuperación económica), la estrategia ha sido rebajar costes de personal bajando los salarios. Como en el mismo lapso de tiempo no han bajado los precios sino todo lo contrario(en buena parte por las subidas de impuestos como el IVA), el poder adquisitivo de los españoles ha bajado significativamente.
  4. Crece la pobreza y la desigualdad. La crisis no ha sido mala para todos. Los ricos se han hecho más ricos mientras las clases medias y bajas se empobrecían. Como consecuencia han aumentado las desigualdades en España. Es lógico que durante una crisis haya un empobrecimiento generalizado, pero lo que no es lógico, ni justo, es que afecte solamente a parte de la sociedad, especialmente a aquellos con menos ingresos.
  5. Baja la población. Se han ido muchos inmigrantes y muchos españoles, en su mayoría jóvenes, y muchos de ellos muy cualificados. Ha bajado la natalidad aún más (y España no era precisamente un país muy destacado por su alta fecundidad). En 2014 había casi 400.000 personas menos en España que en 2011.

Una oportunidad perdida

Una crisis económica es algo muy malo, pero también se podría considerar como una oportunidad para cambiar algunos modelos y hacer reformas. En mi opinión, no ha sido el caso en España. Los sucesivos gobiernos se han limitado a apostar por lo mismo de siempre: recortar gastos con el hacha, favorecer la competitividad a través de una bajada de los costes laborales (bajando los sueldos), y apoyándose en los sectores de siempre (turismo, y en cuanto fuera posible, la construcción).

Por mucho que hablen de las “reformas” que han hecho, a mí no me parece que haya sido el caso. ¿Dónde está la optimización del sector público? Sigo viendo las mismas duplicidades entre administraciones, las mismas peleas por las competencias, las mismas capas administrativas. ¿Qué bajaron el número de empresas públicas? Vale. ¿Qué vendieron algunos edificios? De acuerdo, ¿y? ¿Esa era la gran reforma? ¿Por qué no se ponen a repasar uno a uno todos los procesos administrativos, tanto desde el punto de vista del usuario como desde el punto de vista público y hacen algo realmente productivo?

¿Y el sector privado? Parece que España solo conoce a tres áreas: la construcción, el turismo y la producción de vehículos. El primero ya hemos visto lo que da de sí. Todavía nos quedan edificios “nuevos” y usados sin vender para muchos años. El segundo siempre ha sido un punto fuerte, pero no aporta mucho valor añadido, y depende enormemente del exterior. Sin las revoluciones árabes y los problemas en la región en los últimos años, los ingresos por turismo en España no serían tan buenos. El tercero es interesante pero de nuevo depende totalmente del exterior. Si mañana uno de esos grupos multinacionales (ninguno español) decide trasladar la producción a otro lugar, ¿qué haremos?

Hace falta invertir en un sector industrial propio, con mayor innovación y valor añadido. Hace falta una estrategia nacional a largo plazo, con mucha inversión. Que cada pueblo y comunidad autónoma monte su propia mini silicon valley con recursos limitados no tiene mucho sentido.

Aun estamos a tiempo. A ver si las cosas cambian a partir de ahora.
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