¿Satisfacción inmediata o visión a largo plazo?

vision a largo plazo¿Qué tienen en común un niño encerrado en una habitación con un caramelo y la gestión de una empresa? El primero es el sujeto de un experimento sobre la gratificación demorada, un concepto que puede hacer la diferencia entre una pequeña empresa que sobrevive y una compañía exitosa.

El experimento de los caramelos

¿Conoces el experimento de los dulces? Hace unos años, unos investigadores quisieron medir la relación entre la capacidad de las personas a demorar la gratificación y su éxito en la vida. Para ello, seleccionaron a un grupo de niños e hicieron un curioso experimento. A cada niño se le ubicó en una habitación, frente a una mesa, con un caramelo y el siguiente acuerdo: si esperaba 15 minutos sin comerse el caramelo, podía tener otro.

Algunos niños apenas esperaron y se comieron el dulce enseguida. Otros, tras resistir un rato, también cedieron a la tentación. Pero un buen número de niños espero y consiguió el premio del segundo caramelo.

Pero lo realmente interesante es lo que ocurrió después. Los investigadores siguieron durante años (casi 20) la evolución personal de cada uno de los niños. Y encontraron una gran correlación entre la capacidad de esperarse (de demorar la gratificación) y los éxito académicos. Aquellos niños que no veían el interés de esperar el premio tampoco se motivaban mucho para estudiar y tenían peores notas que los demás.

¿En qué es esto interesante para tu negocio?

Me parece que en una empresa estamos frente a la misma alternativa: recoger el primer caramelo que tenemos o esperar a ver si conseguimos más. Tenemos que decidir entre el corto plazo y la visión a largo plazo. Quizás la película “La Red Social”, que cuenta los orígenes de Facebook, sea un buen ejemplo de lo que quiero comentar. Cuando la web ya tenía muchas visitas, el cofundador y director financiero abogaba por rentabilizarla, y visitar a posibles patrocinadores para poner publicidad y ganar dinero. Pero Zuckerberg rechazó esta visión. No sabía muy bien lo que iba a ser Facebook pero sabía que sería algo grande, y prefería esperar. Al final, impuso su planteamiento, con el éxito que se conoce a largo plazo.

Con este ejemplo, que no es muy representativo (éxitos como los de Facebook son rarísimos), te quiero decir que cuando tengas la oportunidad de recoger los primeros beneficios de tu actividad te hagas esta pregunta. ¿Estoy cediendo a la facilidad y cogiendo el primer caramelo? ¿No podría reinvertir lo que he conseguido en mejorar mi negocio para incrementar la experiencia de mis clientes a la vez que aumento la rentabilidad de la empresa?

El éxito no está asegurado

Quizás uno de los niños que se comió el dulce podría haber argumentado que no se creía las palabras del investigador, y que nadie le garantizaba que de verdad se le iban a dar dos caramelos si aguantaba hasta el final de la prueba. Hubiese sido un argumento válido, porque siempre existe un riesgo. El no recoger los primeros beneficios no significa que tengas la seguridad de cosechar más éxitos en el futuro. Tienes que arriesgarte. Pero también sabes que si no lo haces, probablemente no consigas mucho más de lo que ya hayas logrado hasta ahora.

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