Los préstamos entre particulares (P2P)

Los préstamos entre particulares son una buena forma de tener acceso a la financiación para un gran número de personas, y en especial aquellos emprendedores que tienen un proyecto que representa una inversión superior a su capacidad financiera en aquel momento. Vamos a repasar algunos datos importantes respecto a esos préstamos P2P, explicando lo importante que es formalizar un contrato, y las diferentes opciones para conseguir un crédito entre particulares.

¿Por qué usar préstamos entre particulares?

Hay varios motivos para recurrir a este tipo de créditos, pero entre las causas más habituales se encuentran:

  • La imposibilidad de acceder a otro tipo de préstamos, como los que conceden las entidades financieras, por no disponer de las garantías que exigen esas empresas.
  • La posibilidad de obtener el dinero por parte de amigos y familiares, con condiciones mucho más favorables, especialmente en términos de intereses y de facilidades de pago.
  • El precio de los préstamos en algunas plataformas P2P puede ser más ventajoso que lo que ofrecen los actores tradicionales del sistema bancario.

La importancia de formalizar un contrato escrito

El derecho español reconoce la posibilidad de un contrato oral entre las partes. Sin embargo, existen varias ventajas en formalizar un documento escrito, y varios inconvenientes en no hacerlo. La duda surge principalmente cuando hablamos del “love money”, es decir cuando se plantea recibir un crédito por parte de familiares o amigos. En este caso, los sentimientos pueden influir más que el razonamiento puramente económico, y esa situación puede llevar a no querer redactar un contrato, con el argumento de “ya me lo devolverás cuando puedas”.

Pero no tener un contrato tiene al menos cuatro inconvenientes importantes:

  1. Al no estar especificadas las condiciones exactas del contrato, la administración tributaria (Hacienda), puede determinar que un préstamo entre familiares es en realidad una donación camuflada, y aplicar los consiguientes impuestos y multas.
  2. La ausencia de cláusulas escritas también puede llevar a Hacienda a considerar que existe una retribución por el tipo legal del coste del dinero (hoy en día el 3%), y reclamar el pago del IRPF correspondiente.
  3. Si el prestatario deja de pagar, reclamar la devolución del dinero puede ser muy complicado.
  4. En caso de fallecimiento de alguna de las partes, si no hay unos elementos suficientes para demostrar la existencia del préstamo, la parte que prestó el dinero (o sus herederos) podría quedarse sin los derechos de cobro.

En cambio, redactar un contrato resuelve todos esos problemas potenciales:

  1. Si existe un documento firmado que explica claramente la cantidad del préstamo y las condiciones de devolución del mismo, Hacienda no podrá considerar que es un donativo, siempre que las condiciones se estén cumpliendo, evidentemente.
  2. Si el contrato pone formalmente que no hay intereses, Hacienda no podrá reclamar el pago del IRPF. Eso sí, si hay intereses, el prestamista los tendrá que declarar y pagar el impuesto sobre la renta.
  3. La existencia de un documento también facilita las reclamaciones judiciales en caso de impago.
  4. Tener un contrato asegura que los derechos y obligaciones de los contratantes pasen a sus herederos. Dicho de otra forma, significa que si muere el prestamista, sus herederos seguirán teniendo derecho al cobro de la deuda. Si muere el prestatario, la deuda se sumará al patrimonio a heredar.

Pero no es la única ventaja.

Los préstamos entre particulares deben de ser declarados (por el prestatario) en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) con el modelo 600. La declaración es obligatoria, pero esos préstamos están exentos del pago de las tasas e impuestos. Tener un contrato es una forma excelente de cumplir las obligaciones tributarias sin que cueste nada.

Como redactar un contrato entre particulares

No hace falta redactar un contrato ante notario. Basta con redactarlo con las clausulas suficientes y hacerlo sellar por la administración para asegurar que tienen constancia del mismo. Los elementos que debería tener un contrato mínimo son:

  • Los datos personales de los contratantes (prestamista y prestatario). Eso es habitual en todos los contratos y suele incluir el DNI de cada parte y el domicilio de cada uno en el momento de la firma.
  • La fecha y lugar donde se firma el contrato.
  • El importe del préstamo. Evidentemente, no tendría mucho sentido redactar un contrato sin indicar el dato más importante de la transacción, es decir cuánto se presta.
  • La duración del préstamo y el calendario de devoluciones. Puede haber un cuadro de amortización o se pueden poner condiciones a medida. Pero es fundamental saber cuándo se devuelve el crédito.
  • Sí se van a aplicar intereses o no, y el tipo de interés dado el caso. Si no se van a aplicar intereses, es fundamental poner específicamente en el contrato que es un préstamo gratuito, para evitar que Hacienda considere que existe una retribución.

Los préstamos entre particulares cuando la otra parte no es familiar o amiga

Muchas personas se dedican de forma casi profesional a prestar dinero a otros particulares. La mayoría de esos prestamistas son personas bien intencionadas que solo buscan sacar una rentabilidad a su dinero de una forma diferente a la inversión inmobiliaria o la compra de acciones en bolsa. Sin embargo, cuando se contrata un préstamo con otro particular que no es alguien de confianza, es recomendado confiar la lectura del documento del crédito a un abogado profesional para revisarlo antes de firmarlo. La urgencia por conseguir el dinero no debe pasar antes de la prudencia y el sentido común. Una simple revisión permite evitar firmar un contrato abusivo, con intereses demasiado elevados o con garantías desproporcionadas.

Las plataformas P2P de préstamos entre particulares

En los últimos años han surgido muchas plataformas de crowdlending, que permiten a la comunidad prestar a otros particulares. Una de las grandes ventajas de esas plataformas P2P es que permiten a personas con relativamente pocos ahorros conseguir una buena rentabilidad para su dinero, ya que pueden hacer parte, con más personas, de un crédito a un particular. Como son varios los prestamistas, el riesgo se divide entre todos, y en lugar de prestar 5.000€ a una sola persona puedes participar con 1.000€ en 5 préstamos.

La otra gran ventaja es para la persona que solicita del dinero, que tiene acceso a unos préstamos competitivos de una forma muy sencilla. Por lo general, basta con registrarse en una página, rellenar unos datos, y responder a unas preguntas que ayudarán a la plataforma a establecer un perfil de riesgo del prestatario. A menor riesgo, más bajos serán los intereses que se le pedirán, permitiendo a los particulares con buenos perfiles tener un acceso económico a la financiación.

Una vez publicado el perfil del particular y las condiciones del crédito (importe, plazo, interés), la información se comparte con los prestamistas de la plataforma, que pueden decidir si aportan dinero al proyecto o no.

Por supuesto, esas plataformas funcionan con la redacción de un contrato entre las partes, para garantizar los derechos y obligaciones de todos.

Una vez que el particular ha conseguido el número suficiente de prestamistas, se pone en marcha la transacción, se le abona el dinero en la cuenta, y se va siguiendo el pago de las mensualidades hasta el final del contrato, tal como estipulado en las condiciones firmadas anteriormente.

¿Una solución para emprendedores?

Personalmente, creo que los préstamos entre particulares pueden ser una buena alternativa de financiación para emprendedores. En el caso de familiares y amigos, como indicado antes, es muy recomendable firmar un contrato. Y si se opta por una plataforma de crowdlending, se puede tener acceso a una financiación relativamente económica y con unos criterios de obtención diferentes de los del sistema bancario tradicional. Si el proyecto empresarial enamora a los usuarios de la plataforma de crowdlending, se puede conseguir una financiación importante, a cambio de unos intereses razonables.

Como siempre, te invito a analizar esa opción y a valorar si te puede servir.

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