No tengas miedo a vender más caro

fijacion de precios

El otro día tuve una interesante charlar con una persona cercana que montó su propio negocio hace unos años. El tema que nos ocupaba la fijación de precios para a tus productos o servicios. Resulta que muchos emprendedores se obsesionan por tener el precio más ajustado posible, incluso cuando su negocio no tiene para nada una filosofía low cost. Pero vender más caro no es siempre malo, ni mucho menos.

Una extrapolación errónea

El miedo a tener precios altos no es algo común a todos los emprendedores. Más bien les suele pasar a aquellos cuya propia lógica de compra consiste en buscar la mejor relación calidad / precio, y no se dejan influir demasiado por el criterio de la imagen o los argumentos que relacionan una mayor calidad con un mayor precio.

Para esas personas, el resto de los consumidores razona igual. Y ese es el error. Para muchísimos consumidores, un producto más caro significa casi automáticamente una mayor calidad, un producto mejor. Quizás la traducción más habitual de este pensamiento sea el refrán “lo barato sale caro”. Aunque el precio y la calidad no siempre van de la mano, es una idea preconcibida muy anclada en la mente de muchas personas, y sería un error no contar con ella.

El ejemplo de la artesana

Una historia real sobre fijación de precios que me contó un compañero consultor me parece muy significativa de la problemática que estoy planteando hoy. Se trata de una artesana que hacía entre otros productos unos zuecos de porcelana. Eran creaciones únicas, y pese a venderlos por unos 100€ la unidad, se encontraba que nadie los quería comprar.

Mi compañero consultor fue a ver a la artesana para ayudarla a enderezar su actividad. Cuando le preguntó a la mujer cuanto tardaba y cuanto gastaba para hacer esos zapatos, le contestó que entre tiempo y materia prima, hacer una porcelana le costaba 50€, por lo que había puesto un precio del doble, para no cobrar más de un 50% de margen, ya que no le parecería justo para el cliente.

El consultor le aconsejó que subiera el precio de sus creaciones hasta los 500€, argumentando de la siguiente manera: “de momento, no vende ninguno, por lo que no pierde nada en ponerlos a la venta por este precio”. Unas semanas más tarde, una lujosa zapatería se llevó varios ejemplares para decorar su vitrina.

En este caso, la artesana no vendía nada porque a los que no tenían mucho dinero, 100€ les parecía extremadamente caro, pero a los que lo tenía les parecía demasiado barato para ser un producto exclusivo. Ocurre muchas veces que una empresa ajuste los precios para atraer a los de presupuestos bajos, cuando en realidad está espantando a los de alto poder adquisitivo.

También en las cremas antiarrugas

crema-antiarrugas Este otro ejemplo lo recuerdo de una clase de marketing en la universidad. Nos contaron como un año, uno de los grandes grupos de cosméticos sacó una crema antiedad bastante más barata que la competencia, pensando arrasar en el mercado. Las cremas de este tipo tienen un coste de fabricación muy bajo, y los márgenes son suculentos, por lo que pensaban que bajar un poco el precio sería muy provechoso.

Sacaron una crema un 20% más barata que la competencia. Fue un fracaso. Las consumidoras asumieron que una diferencia de precio con el resto de marcas implicaba una diferencia de calidad, y no compraron. Resulta curioso darse cuenta que una multinacional pudiese menospreciar el aspecto psicológico de la compra de una crema antiarrugas, cuando se sabe que estos productos casi no tienen resultados perceptibles…

Tu trabajo se merece un precio justo

Igual que cuando buscas un empleo tratas de conseguir un sueldo adaptado a tu valía profesional, cuando creas un producto u servicio tu fijación de precios tiene que tomar en cuenta todo el trabajo que hay detrás del producto. Poner un precio bajo no siempre es efectivo, y en algunos casos equivale a infravalorarte.

No es fácil determinar un precio justo, pero tienes que buscarlo. Como en muchas ocasiones en los negocios, cuando no tienes referencias, te tocará probar con la técnica del ensayo y error. Cuando pongas un precio, pueden ocurrir dos cosas: que vendas o que no vendas.

  • Si vendes, puedes progresivamente intentar aumentar los precios, hasta llegar a un punto donde se empiezan a resentir tus ventas. Es un efecto similar a la curva de Laffer con los impuestos.
  • Si no vendes, tienes que plantearte seriamente el motivo. Quizás no sea el precio, sino la oferta, pero este es otro problema. Respecto al precio, en la mayoría de los casos suele ser porque vendes demasiado caro, pero no siempre. No olvides las historias del zueco de porcelana y la crema antiedad. Si tu producto es exclusivo y no se vende, igual es que tienes que subir el precio. No tengas miedo a probarlo, como diría mi amigo consultor: “si no vendes nada, no pierdes nada en intentarlo”.

 

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Tu Máster de Contabilidad y Auditoría con Wolters Kluwer

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Publirreportaje.

El grupo internacional de servicios de información Wolters Kluwer, en colaboración con la Universidad CEU San Pablo, convoca el I Máster Internacional en Contabilidad y Auditoría de cuentas, una formación destinada a todos aquellos que quieren ejercer las profesiones relacionadas con la contabilidad y la auditoría, o quieren mejorar sus conocimientos si ya trabajan en esos campos.

¿Quién es el grupo Wolters Kluwer?

Wolters Kluwer es una compañía global líder del mercado de los servicios de información, especializado en el campo legislativo. Opera en más de 40 países, principalmente en Europa y Norteamérica. En España, tiene más de 300.000 suscriptores a sus servicios que incluyen los campos de la Administración Pública, la Asesoría Fiscal, Laboral y Contable, los Recursos Humanos, la Asesoría Jurídica, el Medioambiente, la Prevención de Riesgos Laborales y la Educación.

Por ejemplo, dispone de un servicio de información que pone a disposición de sus clientes las novedades legislativas, y lo que es más importante, sus implicaciones prácticas en cuanto esas informaciones estén publicadas en el BOE.

Su conocimiento del campo legislativo, el grupo Wolters Kluwer lo pone a disposición de los estudiantes gracias a sus servicios de formación.

El Máster Internacional de Contabilidad y Auditoría

Las reglamentaciones cambian, y por eso es importante que las personas que quieren dedicarse profesionalmente a los oficios de la contabilidad y de la auditoría reciban una formación actualizada y completa sobre los marcos regulatorios actuales o las últimas técnicas contables de gestión y valorización de empresas.

En los últimos años, las llamadas IFRS (o mejor en su siglo español las NIIF: Normas Internacionales de Información Financiera) se están imponiendo en las reglamentaciones de la mayoría de los países, bien directamente, bien mediante la adaptación de las reglamentaciones actuales, lo que hace necesario el diseño de Masters internacionales de Contabilidad.

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El Máster Internacional de Contabilidad y Auditoría de Wolters Kluwer y la Universidad CEU San Pablo, que tiene carácter elearning, permite luego a sus alumnos ejercer como auditor externo e interno de una empresa, implantar y controlar las NIIF en las empresas de los países que están implementando aquellas normas o ejercer como consultor de empresas en los ámbitos de la valoración y la contabilidad de gestión. Por lo tanto, si estás interesado en esas materias, te recomendamos que entres en la página y solicites información para registrarte.

Becas de descuento

Los organizadores del Máster ofrecen unas becas de descuento del 30%. Para participar solo hay que decir por qué  te mereces esta beca. Encontrarás más información en la web.

Puedes saber más sobre este Máster y el resto de formaciones de Wolters Kluwer en las redes sociales, como por ejemplo en Facebook o Twitter.

La confidencialidad en la empresa

 

la confidencialidad en la empresa

Vivimos en la sociedad de la información. Las empresas dependen en su día a día de datos, noticias, ideas y cifras que condicionan las decisiones de sus líderes. Aceptar la importancia de la información y de la comunicación implica saber cuando divulgar información y cuando callarla. Esa idea me lleva a evocar en un artículo el tema de la confidencialidad en la empresa. No es un asunto baladí. ¡Veámoslo!

Comunidades de emprendedores: ¡Rodéate de tus semejantes!

comunidades-de-emprendedores

Hayas decidido emprender solo o con unos socios, crear una empresa es una tarea que a menudo se hace difícil, por lo que la ilusión inicial se puede desvanecer por momentos. Una de las formas más rápidas de darte cuenta de que no estás solo y de aprender mil cosas es rodearte de otros emprendedores, buscando las comunidades más afines a tus objetivos. Te propongo algunas pistas.

1º- Asociaciones de emprendedores, empresarios y autónomos 

Las asociaciones profesionales suelen ser de mucha ayuda en todos los sectores. A cambio de una cuota anual o mensual, te dan una cantidad de servicios útiles, y te permiten hacer networking. En ellas conocerás a personas con las mismas problemáticas que las tuyas, y más importante, personas que ya las superaron. Incluso sin ser miembro, muchas veces puedes acceder a consejos gratuitos.

Hay una gran cantidad de esas asociaciones, porque suelen ser organizadas por sectores, pero me voy a limitar a algunas de ellas, más centradas en ayudar a los emprendedores.

En realidad, tienes una Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) en todas las comunidades autónomas. Procuran ayudar a los emprendedores menores de 40 años que quieren lanzar su proyecto o lo han hecho. Todas esas asociaciones locales se agrupan en la CEAJE.

Una de las dos grandes asociaciones de autónomos en España. Puesto que el estatuto de autónomo es uno de los más usados para arrancar un pequeño negocio, es una asociación cuyos consejos son muy útiles. Tiene delegaciones en toda España.

La otra gran asociación de autónomos también está muy bien implantada en todo el país, y puede aconsejarte. Ambas asociaciones permiten tejer contactos con otros autónomos.

Como suelo repetir, emprender no es tarea fácil. Pese a que las personas con discapacidad tengan algunas (pequeñas) ayudas específicas por parte de la Administración, en realidad se habla bastante poco del tremendo número de personas discapacitadas que montan su propio negocio. Para darles publicidad y sobre todo apoyo está la Asociación Española de Emprendedores con Discapacidad, muy bien llamada: “Sí podemos”.

Quizás recuerdes el artículo que dedicamos en el blog a la Responsabilidad Social Corporativa. Cada vez son más los emprendedores que se dan cuenta de su responsabilidad social, y para apoyarles está la Asociación Española de Emprendedores Sociales. Otro enfoque de empresa es posible.

2º- Organismos públicos 

No voy a detallar mucho este capítulo porque ya tenemos una página en el blog que recapitula las páginas webs de los distintos portales de ayuda al emprendedor, al nivel estatal, de cada comunidad autónoma y de los principales municipios españoles:

3º- Redes sociales especializadas 

Desde el gran éxito de las redes sociales generalistas como Facebook o Twitter, o profesionales como Linkedin, han sido varias las iniciativas de crear redes sociales de emprendedores o de empresas. Voy a citar solamente a unas pocas.

Ha sido una de las primeras redes centradas en los emprendedores.

Una red donde encontrar consejos y contactos para tu proyecto empresarial

La novedad de esta red es centrarse particularmente en encontrar financiación.

4º- Grupos en redes sociales generalistas 

Si no quieres registrarte en redes especializadas, una alternativa más sencilla es que lo hagas en los grupos especializados de las grandes redes sociales. Voy a citarte solamente a dos, sabiendo que hay muchísimos y que es mejor que investigues por ti mismo cuales te parecen mejores.

Retomando el famosa lema “Impossible is nothing”, este grupo de la red social de Google tiene ya cerca de 15.000 miembros, y creciendo. Se comparten debates, recursos e incluso ideas de negocio.

Un grupo cuyo objetivo es poner en relación a los emprendedores que tienen una idea pero no el dinero con aquellos inversores dispuestos a apostar por proyectos interesantes. A día de hoy tiene más de 10.000 miembros.

* *

Espero que con estas referencias sepas adonde dirigirte para pedir consejo y rodearte de otros emprendedores. Las personas que se han arriesgado a montar un negocio son en general más positivas y optimistas que las demás, por lo que viene muy bien establecer contactos con ellas, para recargar las pilas o al revés, animar a los demás, apoyándote en tu propia experiencia.

 

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Idea de negocio: facilitador de negocios

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¿Tienes una red de contactos pero no sabes muy bien como aprovecharla? Hoy te propongo una idea de negocio muy sencilla pero efectiva para las personas que destacan en la construcción de relaciones profesionales: ser un facilitador de negocios. Algunos dirán que no es más que una forma bonita de llamar a un comisionista, y quizás tengan razón. Sin embargo en mi opinión es mucho más que eso, por que aporta más valor añadido.

Barreras de entrada, barreras de salida

barreras de entrada y salida

Antes de montar un negocio, es recomendable que analices  las barreras de entrada y salida en tu sector. ¿Por qué no solo hablo de las de entrada? Simplemente, porque, pensando a largo plazo, también deberías plantearte estudiar las posibles barreras de salida, para no tener malas experiencias. Aunque es cierto que en la mayoría de los pequeños negocios esas barreras suelen ser bajas, no es el caso de todas las empresas. Además, con el tiempo, la consolidación de la actividad puede llevar a mayores barreras de salida.

Las Tres Leyes de la Robótica aplicadas a las empresas

tres leyes de la robótica

A los lectores del blog que nunca han disfrutado de las obras de Isaac Asimov les recomiendo particularmente el Ciclo de Fundación y la Serie de los Robots. En esa última se enuncian varias veces las Leyes de la Robótica, cuyo propósito es proteger a los seres humanos. Hoy me ha parecido divertido analizar si se podían aplicar a los negocios, y de que forma. Un artículo muy en la línea de otras exploraciones curiosas del blog, como los consejos de gestión aprendidos viendo Bola de Dragón.

Las tres leyes de la robótica

En primer lugar es interesante saber cuales son esas normas a las que me refiero. Aunque no seas un fan de ciencia ficción, es muy posible que ya hayas escuchado hablar de ellas, pero te las repito por si acaso.

  • Primera Ley: 

Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

  • Segunda Ley:

Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.

  • Tercera Ley:

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

 ¿Se pueden transponer a los negocios?

Hacer el ejercicio de transponer las leyes imaginadas por Asimov implica decidir en primer lugar quienes serían los robots y quienes los seres humanos. A mí se me ocurre que las dos entidades que podríamos sustituir podrían ser las empresas y los clientes.

Primera versión de las tres leyes de la robótica aplicadas a las empresas

Los robots fueron creados para ayudar a los seres humanos, y se supone que las empresas se crean para satisfacer a sus clientes, por lo que podríamos hacer las equivalencias:

Empresa = Robot ; Cliente = Ser Humano.

De está forma, las tres leyes, con una mínima modificación, se podrían enunciar así:

  • Primera Ley:

Una empresa no puede dejar de satisfacer a un cliente o, por inacción, permitir que un cliente salga insatisfecho.

  • Segunda Ley:

Una empresa debe tomar en cuenta las sugerencias emitidas por los clientes, excepto si estas sugerencias entrasen en conflicto con la Primera Ley.

  • Tercera Ley:

Una empresa debe preocuparse por su rentabilidad en la medida en que esta preocupación no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

Es cierto que puede parecer una adaptación y tanto forzada, pero a mí no me lo parece tanto. En realidad, el propósito de una empresa es satisfacer a sus clientes, lo que le permite vender y ser rentable. Por lo que centrar esas nuevas leyes de la robótica en la satisfacción de los consumidores parece algo bastante lógico.

¿Qué opinas? Algo de razón parece haber en eso, ¿no crees?

Segunda versión de la adaptación

Pero, ¿Qué pasaría si invirtiéramos los papeles? ¿Por qué no imaginar que el propósito de un cliente sea que funcionen las empresas? En este caso haríamos las equivalencias:

Cliente = Robot ; Empresa = Ser humano

En esta adaptación nos encontraríamos con un cuento muy diferente.

  • Primera Ley:

Un cliente no puede dañar a una empresa o, por dejar de comprarle, permitir que una empresa salga perjudicada.

  • Segunda Ley:

Un cliente tiene que obedecer las campañas de marketing de las empresas, excepto si estas campañas entrasen en conflicto con la Primera Ley.

  • Tercera Ley:

Un cliente debe proteger su propia economía en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

Da mucho miedo, ¿verdad? Parece un mundo totalitario donde el individuo está totalmente aplastado por las empresas. Quizás lo más miedoso sea darte cuenta de que, a veces, la Segunda Ley que acabo de redactar no está tan lejos de la realidad.

¿Para qué todo eso?

Simplemente para hacerte reflexionar un poco sobre el propósito de una empresa y tu visión del mundo empresarial. Los negocios se crean para ganar dinero, pero solo pueden hacerlo si cumplen su misión: satisfacer las necesidades de sus clientes. Pero también es cierto que existe un debate sobre si el marketing crea necesidades a los clientes o si responde a unos deseos que estaban allí subyacentes.

¿Cómo imaginas tú que se podrían establecer las Leyes de los negocios?

 

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Empieza pequeño y piensa en grande

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Como complemento al artículo donde te detallaba la estrategia del ensayo y error, me gustaría hablarte hoy de la importancia de empezar pequeño cuando inicies tu proyecto empresarial, pero sin olvidar nunca que pensar (o más bien soñar) a lo grande es lo que te hará triunfar. Pueden parecer dos términos contradictorios pero no lo son en absoluto.

Los soñadores empedernidos

Dentro de las muchas personas que me contactan con ideas de negocio buscando financiación, hay una categoría que se presenta de vez en cuando con proyectos multimillonarios y sin un euro en el bolsillo. Piensan que han encontrado la idea del siglo y sueñan con convencer inversores para convertir su proyecto en realidad.

De alguna manera, su valoración excesiva de la idea de negocio les aísla totalmente de la realidad del mundo empresarial. No se dan cuenta que lo que están diciendo es “Préstame un montón de dinero para un proyecto genial que tengo. Si funciona recuperas el dinero con una buena rentabilidad y yo me hago rico. Si falla pierdes tu dinero y yo sigo como estaba”.

Esos soñadores empedernidos no son muy numerosos, pero representan un extremo ilustrativo de uno de los errores más habituales en los emprendedores.

El inversor necesita garantías

Incluso los emprendedores más realistas tienden a sobrevalorar su idea de negocio, y en cierta manera es lógico, sino no apostarían tanto tiempo y dinero por ella. Pero también saben que lo que pueden pedir a un inversor basado únicamente en una idea y un plan de empresa es muy limitado. Cualquier persona (profesional) que invierta en un negocio o que preste dinero quiere garantías. Puede aceptar apostar una pequeña cantidad por lanzar el proyecto, pero para dar más se mostrará más exigente.

  • En el caso de un banco, las garantías suelen ser muy concretas: un avalista, hipotecar un activo, o cualquier otra solución que permita a la entidad recuperar al menos parte del dinero prestado si las cosas salen mal.
  • Para un inversor, las garantías toman otra forma: quiere ver que el negocio funciona. Si eres capaz de demostrarle que tu modelo de negocio tiene resultados demostrados, entonces es mucho más factible que el inversor te apoye. Quiere algo concreto, algo en marcha.

La solución es empezar pequeño

Si dispones de poco dinero, estás en la misma situación que millones de proyectos en el mundo. La cuestión es qué haces con lo poco que tienes. Puedes pensar que no tienes suficiente para hacer nada o puedes volver a pensar tu proyecto para implementar sus aspectos más esenciales.

¿Quieres ejemplos?

  • En lugar de acondicionar y alquilar un local puedes probar tu concepto en algún sitio tipo showroom o tiendas pop up.
  • En lugar de montar una web con decenas de funcionalidades haces una versión 1.0 con las dos o tres cosas más relevantes.
  • En lugar de comprar material lo alquilas por una temporada.
  • Etc.

Si empiezas pequeño, tienes tres posibilidades:

  1. El concepto no funciona para nada. Entonces te puedes alegrar de no haber empezado a lo grande y limitar el desastre.
  2. El concepto está mal planteado pero tiene potencial. Entonces de nuevo te alegras de no haberlo lanzado tal cual a lo grande, porque puedes hacer los ajustes y corregir sin invertir demasiado.
  3. El concepto funciona. Entonces tienes resultados tangibles para demostrar a inversores que merece la pena meter dinero para ampliar el proyecto.

Ten en cuenta que eso también es válido si tienes los recursos suficientes para lanzarte a lo grande desde el principio. Mejor empezar pequeño y no quemar tus ahorros en una sola apuesta.

Aunque empieces pequeño, tienes que soñar en grande

Emprender es arriesgar. El riesgo cero no existe. Empezar en pequeña escala aumenta tus oportunidades de éxito porque te permite corregir el primer proyecto o cambiar totalmente de rumbo si te has equivocado. Pero para convertir tu sueño en un negocio floreciente tienes que arriesgar.

Aunque haya funcionado a pequeña escala, nunca tienes una total garantía de que tu proyecto vaya a funcionar en grande. Puede que el mercado objetivo sea demasiado pequeño para hacerlo viable a gran escala. Puede que el cambio de escala suponga unos cambios de resultados. Puede que sea otra cosa.

Piensa en las empresas de gran consumo. Idean miles de nuevos productos cada año, e incluso dentro de los pocos que superan la prueba de las muestras de consumidores hay una gran proporción que se convierten en fracasos comerciales.

Pero tienes que pensar en grande. Tienes que arriesgarte y apostar fuerte por tu proyecto, sea cual sea tu objetivo final. Quizás busques alcanzar un volumen importante, quizás tu sueño sea más cualitativo (como ser la referencia de tu sector). En el fondo eso no importa. Lo que cuenta es que no traiciones tus sueños y seas persistente hasta lograrlo.

 

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