Negocios raros: el traductor para perros

traductor-para-perrosUna de las cosas divertidas de interesarse por las últimas ideas empresariales es que de vez en cuanto te encuentras negocios raros que pese a ser muy poco ortodoxos parecen tener un gran potencial de rentabilidad, al menos si nos fiamos del interés que despiertan en las personas. En este caso, se trata de un traductor para perros. Sí, lo has leído correctamente.

Traducir emociones caninas

El negocio de los animales de compañía es uno de los más interesantes porque el amor que profesan los dueños para sus mascotas lleva a muchos de ellos a estar dispuestos a todo para mejorar el bienestar de su animal. Pero, ¿Cómo saber como se siente tu mascota si no habla? Como mucho, tu perro ladrará de vez en cuando, y aunque en algunas situaciones sus intenciones son obvias, en muchas otras no es tan fácil adivinar lo que quiere, salvo que seas el “Encantador de perros”.

De allí que se haya pensado en un sistema que permita traducir lo que piensa o siente un perro. Si te parece raro, realmente no es algo tan nuevo. Hace unos años aparecieron traductores de llanto de bebé, para ayudar a los padres a identificar los motivos (hambre, frío, calor, dolor).

No More Woof

Este negocio raro de traductor para perro se llama en inglés “No More Woof”, que sería algo así como “No Más Guau”. Consiste en un casco no invasivo que se coloca en la cabeza del perro y lee sus ondas cerebrales gracias a un electroencefalograma. De momento, los equipos escandinavos tras este revolucionario producto han identificado los patrones de tres situaciones básicas: cansancio, hambre y excitación. Cuando el perro está en uno de esos estados, unos altavoces situados en el aparato lo expresan en palabras (de momento en inglés).

Es un producto todavía en desarrollo, por lo que los inventores de “No More Woof” siguen investigando patrones para ir completando la gama de situaciones y emociones con cada vez más matices. Su objetivo es que el aparato pueda traducir situaciones como “¡Déjame en paz!”, “¿Quién eres?” o “¡Qué animal más simpático!”.

El dueño podrá entonces saber qué le pasa a su mascota. Supongo que el próximo paso sería poder convertir las palabras del dueño en algo entendible por el perro, pero eso probablemente todavía sea ciencia ficción.

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