Tus empleados son tu mayor activo, ¡invierte en su formación!

El éxito de una empresa es principalmente un éxito humano. El empresario y su equipo directivo por supuesto tienen un gran impacto en los resultados cosechados por la empresa, pero los logros serían imposibles sin un capital humano profesional y motivado. Los trabajadores de una empresa son su mayor activo, y hoy vamos a ver la importancia que tiene la formación para aprovechar mejor los recursos humanos.

¿Por qué invertir en formación?

  • Porque el mundo empresarial evoluciona. En cada instante aparecen nuevos retos y nuevas tecnologías, nuevos mercados, nuevos conocimientos… Si quieres aprovechar las oportunidades y no quedarte atrapado en metodologías del pasado, tienes que adaptar tu empresa. Puedes contratar nuevas personas con nuevas habilidades y conocimientos, o puedes formar a tus trabajadores, que ya rinden y conocen perfectamente tu negocio.
  • Porque hay ayudas públicas. Seguramente, a esas alturas conoces los cursos para trabajadores bonificados, que se llaman así porque las empresas que los pagan a sus empleados reciben una bonificación en forma de deducciones en las cuotas de la Seguridad Social.
  • Porque la formación puede incluso ser totalmente gratuita. Y no solo te hablo de toda la información sin coste disponible por Internet (que también), sino de la posibilidad para los empleados de asistir a cursos gratuitos para trabajadores proporcionados por entidades públicas y organizaciones empresariales y sindicales.
  • Porque hay mucha oferta Seguro que encuentras formaciones que encajan con las necesidades de tu empresa y de tus empleados.
  • Porque más formación significa más productividad. Por una parte, las personas con una mejor formación son más eficaces. Por el otro, los empleados que reciben formación se sienten mejor valorados por la empresa y tienen una mayor motivación, lo que también repercute en una empresa más productiva.

¿Cómo elegir las formaciones?

  • Todo empieza por identificar necesidades. Si ves que hay alguna temática, técnica, tecnología, idioma, u otro cuyo conocimiento podría ayudar a tu empresa a ser más eficiente, entonces deberías valorar si hay posibilidades de formación en ese campo.
  • Algunas formaciones interesan a todos los empleados. Lo típico es por ejemplo la implantación de un nuevo software de gestión de tareas, como Slack. En este caso, será bueno programar una formación para el conjunto de la plantilla.
  • Pero también tienes que hacer el ejercicio de analizar empleado por empleado cual podrían ser las formaciones que les ayudasen a desempeñar mejor sus habilidades, para beneficiarles a ellos y a la empresa. Quizás clases de idioma, quizás un software, quizás una formación de ventas, etc. La entrevista anual puede ser la herramienta perfecta para identificar las necesidades.
  • A veces, una formación puede parecer exótica pero revelarse importante. Por ejemplo, hace unos años era responsable financiero en una empresa de camiones. Todavía me acuerdo de la formación “como funciona un camión” que seguí durante dos días con otros compañeros de finanzas. En el momento me pareció un gran acierto haber participado, porque me permitía entender mucho mejor algunas de las problemáticas que tenía la empresa, simplemente por tener una idea más clara de su producto principal.
  • Sin embargo, hay que ser cuidadoso con la elección de las formaciones. El empresario tiene que asegurarse de que tienen sentido. Es importante contar con la opinión del empleado, pero tampoco se puede optar por una formación solamente porque le apetece al trabajador, si no hay un beneficio para la empresa.

¿Qué tipo de formación elegir?

Hoy en día la tecnología permite tener un rango de posibilidades bastante amplio. Pero voy a citar las tres opciones más habituales:

  • Los cursos presenciales. El método tradicional sigue teniendo muchos adeptos. Tiene sus ventajas (como una interacción más natural), pero también tiene sus inconvenientes (horarios, desplazamientos).
  • Los cursos online. Han ganado mucho mercado porque permiten a alumno estudiar a su ritmo, desde el trabajo o desde casa, a la hora que quiera. Pero no tienen la asistencia personal del profeor.
  • Los webinars. Se trata de cursos en directo, online. Son más fáciles de organizar que los cursos presenciales, no requieren desplazamiento, pero no hay tanta cercanía con el profesor y siguen teniendo un horario.

Empresa y trabajador pueden acordar el formato, en función de sus intereses y gustos personales.

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