¿Sabes lo que es la gestión de riesgos?

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Cada negocio tiene riesgos específicos y amenazas más generales. Para que tu proyecto tenga todas las posibilidades a favor de salir, tienes que hacer un poco de análisis y gestión de riesgos. Como mínimo, tienes que hacer el esfuerzo de identificar las problemáticas susceptibles de impactar negativamente tu negocio. ¿No sabes por donde empezar? No te preocupes, en este artículo te voy a dar unas pautas para que puedas valorar los problemas potenciales.

Los riesgos más habituales que debes tener en cuenta

Cuando se trata el tema de la gestión del riesgo en una empresa, es inevitable repasar al menos esas temáticas.

  • Si vendes a crédito, tienes que evitar los impagados. Ya sabes que si vendes a otras empresas, es una práctica muy habitual dejar que tus clientes tengan unas facilidades de pago. Pero sin duda es un riesgo, y no tienes la misma capacidad que un banco para asumirlo, así que tienes que tenerlo bajo control.
  • Tengas o no empleados, no puedes menospreciar la gestión de riesgos laborales. El trabajo debe ser un lugar seguro, y tienes que analizar si es el caso para tu negocio.
  • Si vendes fuera de la zona euro, seguro que estás familiarizado con el riesgo de cambio. Si facturas en otra moneda, la evolución del mercado de divisas puede tener un impacto muy grande sobre tus ingresos. Y eso sin contar con el riesgo país. Algunos estados pueden decidir de repente limitar las transacciones internacionales, lo que afecta a todos los proveedores internacionales.
  • Si compras productos y tienes existencias, tienes que tener cuidado en escoger muy bien los bienes. Para muchas empresas de distribución, el stock invendible es un problema grave que afecta tanto a la tesorería como a la rentabilidad del negocio.
  • Si firmas contratos, ten cuidado a lo que implican, especialmente cuando son compromisos a medio y largo plazo. No te vendrá mal tener a un abogado para ayudarte.
  • Tampoco puedes ignorar el riesgo de mercado, las problemáticas medioambientales y por supuesto todas las amenazas, sean financieras u operativas. Quizás tu actividad sea muy específica, y tengas que tomar en cuenta algo que no hemos listado. Reflexiona sobre los factores que pueden impactar tu empresa y descubre sus potenciales riesgos.

¿Qué puedes hacer?

El peligro nunca se puede eliminar al cien por ciento. Dicho eso, lo reducir mucho con medidas de control interno y procedimientos. Por ejemplo, la separación de tareas es un buen truco para evitar el fraude por parte de tus empleados. El riesgo de que varias personas se pongan de acuerdo para robar es menor que si se deja a una sola persona la posibilidad de controlar todo el proceso.

No siempre puedes asumir la gestión de riesgos en interno. Para eso existen empresas de servicio especializadas. Por ejemplo, en caso de necesitar proteger tu vehículo, puedes contratar a una compañía de seguro. Una aseguradora no previene el riesgo en sí pero te permite compensar con dinero los efectos de un siniestro. Y eso es aplicable para otro tipos de seguros, como por ejemplo la responsabilidad civil.

Para cada amenaza, tienes que valorar el posible impacto para tu negocio, y la probabilidad de que ocurra algo malo. Por ejemplo, si vendes en dólares, sabes que la evolución del tipo de cambio te puede provocar beneficios o pérdidas. Si esas ventas son significativas para tu negocio, puedes optar por instrumentos financieros que anulan el riesgo y los beneficios potenciales. Pero si tus operaciones en dólares representan solo una fracción ínfima de tu facturación, lo más probable es que no hagas nada.

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