La contabilidad creativa: este mal necesario

contabilidad creativa

Podríamos pensar que las normas contables son unas reglas estrictas y bien definidas que impiden cualquier intento de contabilidad creativa. Sin embargo, cualquier persona un poco familiarizada con el mundo empresarial y con los aspectos financieros en particular sabe hasta qué punto la complejidad de los negocios y los límites de la reglamentación llevan obligatoriamente a una parte importante de subjetividad.

Si hay margen para la interpretación, entonces hay lugar para la creatividad. Una misma realidad se puede presentar de una forma más o menos optimista según los objetivos de las empresas. En la mayoría de los casos, se trata de unos ajustes mínimos que aprovechan lógicamente la permisividad de la ley. Pero en otras ocasiones, se ponen en marcha verdaderas estafas, con cifras totalmente desconectadas de la realidad y que provocan catástrofes como el sonado caso de Enron.

Definición de la contabilidad creativa

El término se suele emplear para definir el conjunto de técnicas contables empleadas para modificar legalmente la presentación de sus resultados de su patrimonio, de manera a cumplir ciertos objetivos, normalmente de comunicación. En inglés, además del término “creative accounting” se suele hablar de “windows dressing” (decoración de ventanas). Se usa para describir el hecho de presentar de forma más favorable unos resultados que de otra forma parecerían malos. Pero no hay que olvidar que la contabilidad creativa no se usa solo para mejorar resultados, sino también para empeorarlos cuando toca.

Diferencia entre contabilidad y fiscalidad

De nuevo, a las personas ajenas a las finanzas les podrá parecer extraño, pero en contabilidad se suele dar un resultado contable diferente del resultado fiscal. En otras palabras, algunos gastos e ingresos que son aceptados legalmente para dar una imagen fiel de los resultados de la empresa no son fiscalmente aplicables.

Por lo tanto, la empresa puede llegar a pagar más impuesto de sociedades que lo que deja ver su resultado contable, o bastante menos, dependiendo de si los apuntes aceptados por las normas contables pero no por las normas fiscales son favorables o desfavorables.

¿Por qué se hace contabilidad creativa?

Hay todo tipo de motivos para querer presentar una imagen diferente de la realidad. Ocurre a todos los niveles de la empresa. Es decir, en la comunicación entre un equipo y sus superiores, o una filial y su casa matriz, y por supuesto en la comunicación externa de la empresa con los inversores.

  • Presentar unos resultados peores que la realidad. Aunque parezca raro, en muchas ocasiones es interesante rebajar los resultados de un año. Lo hacen muchos nuevos presidentes de compañías cotizadas en bolsa en su primer año, con un doble beneficio. Les permite despotricar contra la anterior dirección, y mostrar un crecimiento de resultados los años siguientes. También lo hacen las filiales y departamentos cuando ya han llegado a sus objetivos, para guardar un colchón para los años siguientes. Asimismo, lo hacen las compañías con grandes variaciones de sus actividades, para lisar los resultados de un año a otro. En la práctica, se quita en los años buenos y se pone en los años malos.
  • Presentar unos resultados mejores. Es obvio el interés de querer dar una mejor imagen que lo que ha realmente dado de sí el periodo en cuestión (trimestre o año). Pero es muy difícil hacerlo sin haber previamente guardado en años buenos, porque entonces se corre el riesgo de una huida hace delante. Sin reservas de las que sacar, no habrá otra solución que una revelación de los verdaderos malos resultados, tarde o temprano.

Algunas técnicas

  • Provisiones. Se trata de apuntes contables destinados a cubrir ciertos riesgos. Por ejemplo para devaluar unas existencias antiguas, o un riesgo de impago de cliente, etc. Las provisiones dejan lugar a mucha interpretación. Precisamente porque no existe un método infalible de determinar su importe, permiten cierto margen de maniobra con apreciaciones más optimistas o pesimistas.
  • Amortizaciones. Cuando se compra un bien, hay reglas de amortización muy definidas, pero que suelen establecer un periodo mínimo y un periodo máximo de amortización. Usando uno u otro se presentan resultados más bajos o más altos.
  • Precios de cesión. Las empresas con filiales pueden determinar a que precio ceden los productos entre sus compañías. De esta manera puede hacer que el resultado se concentre más en una entidad u en otra.
  • Activos en el balance. Las normas contables permiten revalorizar algunos activos en balance. Las empresas con algunas dificultades financieras pueden así aprovechar la subida de valor de algunos de sus activos para aumentarlos en la contabilidad y mejorar su balance.
  • Perímetro de consolidación. Otra ventaja de las empresas con muchas filiales es que pueden cambiar su perímetro de consolidación, es decir las empresas que se incluyen en sus resultados y balance consolidados. Para ello les basta ir comprando o vendiendo algunas participaciones. De esta forma, y sin perder el control real sobre la gestión de las filiales, pueden hacerlas aparecer o desaparecer de sus balances, con sus buenos o malos resultados.

Sin embargo, hay que tener claro que las técnicas contables tienen que ser coherentes. Por ejemplo, si se aplica una política de provisiones o de amortizaciones, no se puede ir cambiando de año en año. Una de las obligaciones para tener una imagen fiel en la contabilidad es la permanencia de los métodos.

Cruzando la línea

La frontera entre la contabilidad creativa y el fraude puede ser muy delgada, y algunas personas no dudan en cruzarla. Pero como decía antes, la verdad siempre aparecerá. Incluso si se consigue engañar a los auditores externos (como ocurrió con Enron), el papel lo aguanta todo pero la realidad económica es otra. Si no hay dinero en caja, por mucho que se adornen las cosas, la empresa no puede seguir.

Pueden pasar muchos años hasta que se descubran esos fraudes, y por eso es tan importante tener un control interno y un seguimiento activo de los resultados, contrastando de vez en cuando la realidad de las cifras. En mi carrera como financiero de grandes empresas he visto trucos básicos y sistemas elaborados, todos diseñados para engañar a la jerarquía y salir mejor en la foto.

En las multinacionales, hay medios para perseguirlo, con auditorías internas, por ejemplo. Por eso, el fraude de una persona no suele tener un impacto demasiado grande sobre el conjunto. Pero en compañías más pequeñas, es especialmente importante mantener un control, porque una sola persona tiene el poder de hundir el barco.

¿Cuándo se pasa de la contabilidad creativa al fraude? Creo que cuando se distorsiona la realidad de la situación. Es decir: es aceptable presentar una imagen un poco más optimista o pesimista de una realidad, pero no es aceptable cambiar lo malo en bueno o viceversa.

La contabilidad creativa es un mal necesario

A pesar del riesgo de abuso, la contabilidad creativa tiene sus ventajas. Por ejemplo, permite lisar los resultados, dando una mayor estabilidad en apariencia a la situación de las empresas, que ayuda a una mayor estabilidad de los mercados financieros y a dar una imagen de mayor solidez a medio plazo con los inversores o empresas de financiación.

Sin algunas de estas técnicas, los resultados de un año a otro podrían variar mucho más, y algunas empresas sólidas podrían llegar a tener dificultades puntuales de financiación en momentos de menores resultados.

 

 

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