Ejemplo de superación y perseverancia: Federer vuelve al número uno

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Los eventos deportistas a menudo son buenos ejemplos para temas de motivación. Ayer domingo, el suizo Roger Federer volvió a ganar en Wimbledon. Era su séptimo titulo. Esta victoria le permite a la vez volver a ser número uno en el ranking ATP y superar el record de semanas en este puesto. Todo un ejemplo de superación, pero también de perseverancia.

 

 

No basta con ser el mejor

 

Los aficionados al tenis lo saben. Probablemente el suizo sea el jugador más completo que haya conocido ese deporte. Dominó durante varios años la especialidad, acumulando los récords y maravillando a los observadores por su técnica y su mental. Pero eso no era suficiente. En algún momento apareció otro jugador excepcional, quizás menos completo técnicamente pero impresionante físicamente y sobre todo, mentalmente. Me refiero por supuesto a Rafael Nadal.

 

Precisamente, el español tiene una forma de jugar muy incómoda para Federer. Es zurdo, y sabe aprovechar muy bien el único punto débil del suizo: su revés. Simplificando mucho, Nadal gana muchos puntos a Federer insistiéndole sobre el revés hasta que el suizo falle. Cuanto más lenta sea la pista, más largos son los puntos y el helvético falla más.

 

Federer perdió varios partidos contra Nadal, principalmente (pero no exclusivamente) en tierra batida, y poco a poco fue desarrollando un complejo de inferioridad respecto al español (o al menos sus actuaciones lo hacían parecer). Llegó un momento en el cual el entonces número uno empezó a perder incluso en superficies rápidas, en torneos donde antes dominaba, como Wimbledon u Australia.

 

Y es que ser el mejor no era suficiente. En tenis como en muchos deportes, la cabeza hace mucho. El mental de Federer era muy fuerte (sino no hubiese llegado a este nivel), pero con las repetidas derrotas contra Nadal se debilitó. Incluso contra otros jugadores el suizo tenía problemas.

 

¿El declive?

 

En 2008 Nadal le ganó en la final de Wimbledon, y unos meses después, a principios de 2009, en el Open de Australia. El español ya llevaba unos meses como número uno del mundo, y Federer lloró de impotencia. Una lesión de Nadal permitió al suizo recuperar su primer puesto en el verano siguiente, pero cuando el español se recuperó el año siguiente volvió a ganarlo casi todo, y Federer, perdiendo en rondas anteriores, volvió al segundo puesto.

 

En 2011 finalmente explotó todo el potencial de Djokovic, que llevaba unos años en el tercer lugar. El serbio ganó 3 de los 4 grandes torneos del año, se convirtió en número uno y Federer cayó en el tercer puesto. El suizo se había quedado el año anterior a solo una semana de tener el récord absoluto de duración en el primer puesto mundial. Muchos de sus fans y de los observadores pensaron en este momento, que no volvería a ocupar el primer puesto.

 

 

Pero volvió

 

Tras un excelente final de temporada 2011 y un buen principio de este año, Federer llegó a Londres con la posibilidad de volver a ser el número uno. Le bastaba con ganar el torneo. Demostró una gran capacidad mental, desplegó su mejor tenis y superó sin problemas a Djokovic en semifinales, antes de ganar la final. Ahora ya tiene un récord muy difícil de batir.

 

 

¿Qué podemos aprender de este ejemplo?

 

1- Independientemente del talento y del trabajo, tienes que creértelo

 

La motivación y la confianza en ti mismo juegan un papel fundamental en la vida. Busca la manera de fortalecer y alimentar tu mente.

 

 

2- El éxito es efímero

 

No pienses que trabajas para llegar a una situación cómoda. Cuando llegues donde querías estar, te darás cuenta que tienes que trabajar igual o más para mantenerte.

 

3- La competencia no descansa

 

¿Tienes el mejor producto? ¿El mejor servicio? Mañana tus competidores pueden innovar y sorprenderte, igual que Djokovic dio un salto cualitativo tremendo el año pasado. Si tu competencia no descansa, tú tampoco puedes.

 

4- Solo hay un número uno

 

Pero no eres un fracasado si no llegas al primer puesto. Los éxitos como Facebook o Google son extremadamente escasos. Si no puedes llegar a ser Federer, puedes ser muy feliz siendo siendo Santoro (un jugador muy longevo, con el récord de participaciones a los torneos del Gran Slam).

 

 

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