Nuevas tecnologías para el control de horarios

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Quizás no te hayas planteado nunca vigilar si los empleados de tu empresa cumplen con el horario de trabajo pactado, porque tu organización es muy pequeña y puedes controlar las cosas con una mirada. Pero cuando la plantilla crece, es legítimo poner en marcha sistemas para verificar que todo el mundo cumple con su cometido. Y te pueden ayudar los adelantos tecnológicos.

 

 

Alta tecnología al alcance de todos

 

¿Recuerdas la imagen de Charlie Chaplin fichando en la fábrica de Los Tiempos Modernos? Durante décadas el control de horario se basaba en una simple ficha de cartón que se validaba en una máquina registradora. Con el tiempo el cartón dejó paso a tarjetas magnéticas y sistemas informáticos, pero esos últimos seguían teniendo algunos fallos, porque no podías asegurarte de la identidad de quien fichaba realmente. Si has trabajado en una empresa que usaba este sistema, ya sabes a lo que me refiero, con personas que fichan por otras para encubrir ausencias.

 

Hoy, la tecnología permite a cualquier empresa tener un control de presencia biometrico (es decir basado en la medición de elementos únicos de cada individuo), como un lector huellas digitales. Ya no es ciencia ficción como en Minority Report, es algo muy real y al alcance del presupuesto de la mayoría de las Pymes.

 

 

Control de horarios vs eficacia en el trabajo

 

Una de las mayores críticas que se suele hacer a los sistemas de control de presencia es que lo importante no son las horas que echa un empleado, sino su rendimiento y eficacia en el trabajo. Y evidentemente, hay mucho sentido común en este comentario. Sin embargo no hay que olvidar que la empresa y el trabajador firman un contrato de trabajo con un tiempo determinado, y que la organización del trabajo es competencia de la empresa.

 

Es decir, que si el trabajador es muy eficiente y termina antes, la empresa debería poder valorar si calculó mal la carga de trabajo del empleado (puede pasar), o si es que la persona es brillante y puede desempeñar más funciones (a cambio de una subida salarial, por ejemplo).

 

Tampoco nos podemos olvidar de aquellos puestos que requieren una presencia durante todo el horario estipulado. Una persona de atención al cliente, o un vigilante, por citar dos ejemplos, tienen que estar en sus puestos, hayan o no terminado sus tareas, porque parte importante de su papel es estar allí por si acaso.

 

Lo que está claro es que las empresas que se limitan a valorar el trabajo de sus empleados teniendo como criterio único las horas que echan se equivocan totalmente. En España como en otros países de cultura latina se asocia la duración del trabajo con la importancia del cargo, una costumbre bastante absurda si no se mide el rendimiento.

 

El control de horarios tiene que ser una herramienta para evitar abusos, mostrar que la empresa está pendiente y asegurar que todos trabajan en las mismas condiciones. Además, el control también sirve para impedir los excesos y que nadie trabaje más horas de lo pactado.

 

 

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Tags: control de horarios

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