El ataúd orgánico que te reencarna en un árbol

arbolÚltimamente estoy viendo muchas ideas de negocio sorprendentes, pero esa en concreto es muy peculiar, tanto por el mercado al que se dirige (los servicios funerarios) como para el enfoque que contempla. Se trata de ataúdes orgánicos, y el proyecto está aún en fase de desarrollo, pero tiene un planteamiento interesante, y por eso lo quería compartir.

¿De qué se trata?

En lugar del tradicional féretro de madera de lujo diseñado para durar mucho tiempo, Capsula Mundi ha diseñado un ataúd orgánico en forma de huevo. El difunto se coloca en posición fetal dentro del huevo, en lo que supongo que es una referencia poética al ciclo de la vida. Se planta el ataúd cual semilla, y por encima se planta un árbol, elegido previamente por el fallecido (aún en vida en este momento, obviamente).

Con el paso del tiempo, tanto el ataúd como el cuerpo se van descomponiendo, aportando nutrientes al árbol, por lo que la empresa no duda en decir que el muerto se convierte en árbol. Por este motivo, hablo de reencarnación en el título.

ataud-organicoLas ventajas de la idea

Sin duda es una idea original, incluso un poco extraña para muchos, pero yo le veo al menos tres ventajas.

  • Es poética. La idea del ciclo de la vida, de volver a la tierra para formar parte del ciclo vital de otros organismos, en este caso un árbol, tiene cierta poesía que no deja indiferente.
  • Es ecológica. En lugar de gastarse una fortuna en ataúdes para conservar un cuerpo por un tiempo limitado en un lugar de hormigón estéril, se aprovecha tanto el material del féretro como el propio cuerpo humano para nutrir un árbol.
  • Los cementerios serían mucho más bonitos. En lugar de nichos o de piedras tumbales, los cementerios serían bosques. No se pierde el punto de referencia, ya que cada árbol sirve para recordar a una persona, y cada árbol puede ser de una especie diferente. Sin embargo el entorno es mucho más agradable que lo que podemos ver ahora en los cementerios.

Las dificultades

Pese al interés de esta idea de negocio, es inevitable ver algunas pegas.

  • Problemas legales. No es fácil imaginar que todos los países acepten este tipo de solución. Las normas de higiene o la influencia de los negocios funerarios pueden influir en la legislación y complicar la aprobación de este servicio. En Francia, por ejemplo, desde hace unos años está prohibido guardar las cenizas de un difunto en casa, para porque el difunto merece “respeto, dignidad y decencia”. Es difícil saber que diría la ley respecto a este proyecto.
  • Aceptación cultural. El otro problema es la aceptación cultural. La problemática de la muerte está muy asociada con la religión y las creencias, y es muy probable que muchas personas se opongan a este tipo de solución.
  • Espacio. Finalmente, en teoría esta solución implica tener bastante espacio disponible. En Francia lo vería algo relativamente fácil de solucionar, porque normalmente las tumbas son espacios individuales de dos metros de largo por uno de ancho, separadas las unas de las otras. En España, donde la mayoría de los cementerios se constituyen de nichos, habría que pensar en crear espacios muy diferentes.

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