Estrategia empresarial: vender barato o vender caro

vender barato o vender caro

Cuando un emprendedor está definiendo los parámetros esenciales de su negocio, en algún momento de la reflexión tiene que preguntarse cual va a ser su posicionamiento en términos de precios. Dentro de su objetivo de llegar a ser rentable, puede plantearse dos escenarios extremos: o vender muy barato y mucho, o vender poco pero con un margen importante, es decir caro. Algunas personas lo han resumido en la frase “los muchos poco o los pocos mucho”. Entre estos extremos, podrá escoger entre una infinidad de posicionamientos, pero casi siempre una de esas dos estrategias tendrá más influencia que la otra.

Un precio barato implica tener que vender mucho

Una parte importante de los nuevos emprendedores piensan están casi obligados a apretar mucho sus precios, al menos al principio, para hacerse un hueco en el mercado y captar clientes. Desde luego es una preocupación lógica, y más si se emprende durante una crisis, cuando los conceptos de bajo coste suelen tener más éxito.

Sin embargo, para conseguir la rentabilidad deseada con un precio bajo, es necesario hacer un gran volumen de venta, y apretar los gastos. Esto, no hay duda de que la mayoría de los futuros empresarios lo tienen claro. Sin embargo, a menudo pecan de optimistas en la elaboración de sus estimaciones de facturación. Razonan al revés: dicen “Si vendo a 5€ necesitaré vender 1.000 al mes. Bueno, parece un poco ambicioso pero creo que lo podemos conseguir”.

Si partiesen de estimaciones de volumen, es posible que llegasen a la conclusión de que el precio mínimo que pueden ofrecer son 6€. En este caso, hay que analizar si los clientes están dispuestos a pagar 6€ por el producto o servicio. A pesar de tus impresiones iniciales, podría seguir siendo un precio muy atractivo. Pero, si no lo fuera, habría que volver a plantearte la estrategia de precios y tu propuesta de valor.

Ser caro implica una calidad de producto y servicio

Volvamos a nuestro ejemplo anterior, en el que hace falta llegar a 5.000 euros de ventas mensuales para empezar a ganar dinero. Por lo tanto, el emprendedor también podría plantearse vender un producto a 500€ la unidad, contando con que solo tendría que vender 10 al mes. El mercado sería mucho más reducido, y por supuesto tendría que ofrecer una mayor calidad y un servicio excelente.

Ser barato implica un mercado de masas, ser caro dirigirse a una minoría selecta y exigente. En esta segunda estrategia, conseguir la opinión positiva de algunos clientes influyentes puede dar grandes resultados. Al ser un mercado más pequeño, es difícil entrar, y es fácil ser expulsado en caso de malas experiencias. Pero hay una contrapartida: es muy rentable.

Incluso algunas empresas del lujo han conseguido la hazaña de “los muchos mucho”. Es decir, logran vender caro y con mucho margen sus productos a un gran número de personas. Es el caso por ejemplo de la empresa de bolsos Louis Vuitton. En muchos casos, hasta las personas que no pertenecen a la élite económica quieren comprar el producto, porque quieren proyectar una imagen de éxito.

La fuerza psicológica del precio para el cliente

No olvidemos también el aspecto fundamental de la psicología del cliente respecto a los precios. Se conocen casos de marcas de cremas faciales o de champú, cuyos productos no se vendían y que subieron los precios para mejorar las ventas, y tuvieron éxito. Tenemos muy asumido la relación entre precio y calidad, de tal forma que muchas veces creemos que por ser más caro un producto es mejor. Y al revés, puede que despreciemos un producto o servicio por considerarlo demasiado barato.

Hace unas semanas un amigo consultor me contó una experiencia profesional suya. Estaba aconsejando a una artesana que entre otras cosas fabricaba zapatos de porcelana. Le preguntó a cuanto les vendía y si vendía muchos. La señora le contestó que les tenía a la venta por 300€ pero que a pesar de tenerlos promocionados por Internet nadie compraba.

Mi amigo le preguntó cuanto costaba hacer cada zapato, y se dio cuenta de que el margen de la artesana en cada creación era apenas de 100€. Le dijo: “Señora, como me dice que ahora no vende ninguno, le propongo una cosa. Póngalos a 2.000€ cada uno, y dentro de unos meses ya veremos que habrá pasado”.

Después de unas semanas, la artesana llamó al consultor para agradecerle su consejo. Un zapatero de lujo le había comprado 3 artículos para decorar su vitrina. Nunca podremos saber lo que hubiese pasado de no haber cambiado el precio. Pero, sin duda, para muchas personas, un precio alto es una garantía suficiente y una motivación para comprar.

Conclusión sobre vender barato o vender caro

La reflexión sobre la estrategia del precio es algo mucho más completo y complejo que los pocos conceptos que hemos mencionado hoy. Se trata de algo fundamental, que se tiene que plantear con calma el emprendedor antes de lanzar su negocio. Cambiar de estrategia de precios a posteriori es posible, pero delicado, ya que implica cambiar toda la política de costes y de servicios de la empresa. Así que es mejor reflexionar en profundidad antes de decidirte por un camino.

Además, no tienes que elegir entre vender barato y vender caro, hay múltiples opciones intermedias. Solamente quería que reflexionarás sobre tu política de precios.

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3 comentarios en “Estrategia empresarial: vender barato o vender caro”

  1. Las ventas dependen de ciertos factores como por ejemplo que tipo de producto quieres vender y a que segmento quieres dirigirlo. No es lo mismo vender pasteles a la clase alta y en su sector o vender en sectores marginales a los pobres. Muchas veces hay personas que son de sectores marginados que fabrican articulos maravilloso, pero por su ubicación pocos lo conoceran y si tuviera la intencion de buscar un sector mas acomodado necesitaria mucho capital y recursos, situacion que depende de donde pueda conseguirlo o si califica para ello. Finalmente los reportajes siempre van dirigidos a ciertos sectores, osea acomodados, porque nadie piensa en ayudar a un pobre a surgir o a que el pobre tambien quiere comer mejor o vivir mejor. No hay igualdad

    1. Gracias por comentar. Está claro que el origen social de las personas tiene un impacto. Un emprendedor que viene de un entorno acomodado tendrá a priori un mayor acceso a recursos. Pero no es el único factor.

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