Año nuevo, empresa nueva. Atento porque no basta con tener una idea.

idea de negocioEstamos a punto de despedir el 2015, y como suele ser habitual en esas fechas, con muchas ilusiones para arrancar el año que viene con nuevos proyectos. Para muchos de los lectores de este blog, sin duda el propósito más importante será montar un negocio. Me parece una excelente oportunidad para recordarte que con la idea no basta. Es más, la idea ni es lo más importante.

La paranoia de la idea

Voy a describir un proceso que quizás hayas experimentado o al menos observado en otras personas. En alguna situación en concreto, buscándolo o no, aparece una idea de negocio en la mente. Tras pasar unos filtros rápidos de coherencia, el sujeto va viendo que efectivamente es una idea totalmente original, y que parece que podría haber una demanda para ello.

Si se trata de una persona que no está pensando en montar una empresa, la idea sobrevive unas horas o unos días, hasta que se comente a algún familiar o amigo como un dato curioso, antes de desaparecer para siempre en las profundidades de la memoria.

Si el sujeto es un emprendedor en búsqueda de una idea, entonces la escribe para no olvidarla, y se dispone a ponerle a prueba de forma un poco más seria, pensando en las posibilidades, en los costes, y en la viabilidad en general. Si parece que tiene sentido, entonces sube el estado de ánimo, y el emprendedor dibuja una sonrisa pensando que ha encontrado “una idea buena”.

En su orgullo, piensa que tal fruto de su ingenio debe ser protegido, porque sin duda otras personas quedarían maravilladas si escuchasen este concepto de negocio, y algunas poco respetuosas no dudarían en copiarlo para sacar provecho económico. Porque, nuestro sujeto está convencido de ello, esta idea va a triunfar.

Por eso, cada vez que la comenta a alguien lo hace en un ambiente de secretismo extremo, como si la mitad de los espías económicos del mundo estuviesen tras él. Si habla con un posible inversor o con asesores, les quiere hacer firmar un documento de confidencialidad y no competencia, e interpreta su reluctancia a firmar como un gesto sospechoso.

Lo que no sabe nuestro sujeto es que ha caído víctima de la paranoia de la idea, un fenómeno muy común pero totalmente equivocado. Este emprendedor aún no se ha dado cuenta que una idea no vale casi nada. No, su idea no es tan genial. No, nadie la quiere copiar. Las cosas no funcionan así. Se copian los éxitos, no las ideas.

creatividad empresarial

Tu idea no vale nada, lo siento

Siento ser quien te lo diga, pero era necesario que te dieras cuenta. Tu idea no vale nada. No te confundas, no dije que fuera mala. Dije que no vale nada por sí misma. Tu idea valdrá algo el día que se convierta en negocio. Todo depende de cómo la pongas en marcha, es decir que lo primero que tendrías que mirar es si eres tú la persona más adecuada para llevar a cabo con éxito este negocio. Y tienes que ser objetivo. Puede que hayas pensado en un concepto muy interesante pero que se trate de un sector donde tu conocimiento y tu experiencia son reducidos. Entonces tienes dos opciones: dejarlo o buscar a alguien que sepa del tema.

Si has comprobado que esa idea entra dentro de tus conjunto de aptitudes, habilidades, conocimientos y experiencia, entonces te falta lo más difícil: comprobar que tiene mercado. La forma más fiable de hacerlo es hacer un prototipo y venderlo a unos clientes. Si no es factible, al menos deberías hacer una mini encuesta para medir el interés del mercado.

Aprende de los demás

Pero no hace falta que tengas una idea tan original. En lugar de querer ofrecer algo radicalmente diferente de lo que proponen las demás empresas, ¿por qué no te planteas aprender de ellas lo que les funciona mejor? Romper completamente con lo conocido es original, sí, pero también extremadamente arriesgado, con muy poca posibilidad de éxito. Sin embargo, como la oferta de las empresas nunca es perfecta, se puede conseguir una gran idea de negocio basándose en lo mejor de cada una, lo que habitualmente se llama benchmarking.

En Internet dispones de herramientas comparativas, como la de Sage Mirror, que permite a las empresas diseñar estrategias de crecimiento en base a lo que les ha funcionado a otras empresas. Aunque no hayas iniciado aun tu empresa, este tipo de comparación puede ser una gran fuente de inspiración para saber lo que funciona.

Tus competidores son tu mayor fuente de aprendizaje. Porque el ciclo empresarial consiste en mejorar la oferta de la competencia, aportando una pequeña ventaja comparativa, lo que provoca una reacción de los competidores que a su vez mejoran su producto, servicio o precio.

Aquellas personas de la paranoia de la idea suelen tener un miedo inconsciente a esa competencia. Piensan que como la idea es tan buena y original, serán los primeros en el mercado, todo el mundo les comprará, y el día que alguien les copie ya tendrán una empresa muy asentada. Pero no funciona así. Normalmente, si no hay competencia, lo más probable es que tampoco haya mercado. No tengas miedo a tus competidores. Aprende de ellos.

 

Mejores deseos para este nuevo año que se acerca. Si has optado por emprender, sigue conectado al blog. Tenemos muchas ideas de negocios y consejos. Seguro que algún artículo te puede ser útil.

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